miércoles, 24 de noviembre de 2010

De que habla Murakami cuando habla de correr



De muchas cosas.
Fundamentalmente, de sus dos pasiones: correr y escribir novelas.

Haruki Murakami, el escritor japonés contemporáneo más reconocido en occidente, publicó hace algunos años: “De que hablo cuando hablo de correr”, un libro diferente a la prosa de ficción a la que nos tiene acostumbrados y que llega ahora (un poco tarde y a un precio exorbitante, debido a las restricciones cambiarias para textos importados) a las librerías caraqueñas.

¿Es Murakami un escritor que corre o un corredor que escribe? El lector sacará sus propios conclusiones mientras siente que recorre a su lado las riberas del Charles River, ese río caudaloso de Boston que cambia su apariencia con cada estación del año para deleite de los deportistas.

Como buen japonés, el escritor siempre ha sido celoso de su privacidad, pero ahora nos revela algunos detalles sobre su propia biografía. Conocemos al Murakami que regentó un bar por muchos años, al joven que escribe su primera novela y decide cerrar su negocio apostándolo todo a la escritura, al hombre disciplinado y metódico, al artista que transforma sus demonios personales en ficción, al corredor que realiza la ruta desde Atenas hasta Maratón bajo un sol implacable, al adulto maduro que acepta con sabiduría las limitaciones de su cuerpo y corre por placer y gusto.

Murakami nos entrega, probablemente sin proponérselo, reflexiones profundas sobre cómo entrenar para una carrera y sobre el arte de escribir novelas.

Intelectuales y deportistas sabrán valorar este pequeño libro. En las librerías caraqueñas su precio es de Bs. 340. Lo bueno es que lo conseguí (en inglés) por Amazon a 10 dólares.

¡Esa es una de las ventajas de ser bilingüe!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Las carreras de Noviembre


Prisa, tráfico y lluvia son una constante en los noviembres de mi ciudad. Los caraqueños atravesamos este mes en una carrera frenética, como si quisiéramos saltar de inmediato hacia diciembre o estuviéramos ansiosos por escapar del año que termina.

Caracas bulle con actividades: exposiciones, ferias prenavideñas, bautizos de libros, estrenos en el cine y el teatro, conciertos… Y lo malo es que las horas no alcanzan para ir a todos lados, cumplir con los compromisos y con el trabajo.

En noviembre, en todos los noviembres agitados de mi vida caraqueña, quisiera que unos versos de Montejo me acercaran a la calma que no encuentro a mi alrededor: “la belleza viaja a una velocidad demasiado fugaz sobre la tierra”. (Eugenio Montejo, en “El Cuaderno de Blas Coll”).