Es el alquimista, que transmuta la materia y utiliza conscientemente sus poderes. Su pensamiento es ilimitado; el manto rojo y abierto denota que controla sus pasiones; la túnica blanca indica espiritualidad y pureza. Se protege el plexo solar con la serpiente que representa la energía vital. En su mano derecha sostiene una vara con las puntas de cuarzo; la izquierda señala a la tierra. “Como es arriba, es abajo”.
En la mesa de madera reposan los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Manifiesta su voluntad de transmutar la materia. Se rodea de un ambiente luminoso y fecundo.
Su presencia marca el inicio de un proyecto, la inteligencia dirigida con éxito hacia un nuevo comienzo, la acción, lo masculino, yang. La voluntad creadora, juventud, logros, vitalidad, carisma.
Su presencia marca el inicio de un proyecto, la inteligencia dirigida con éxito hacia un nuevo comienzo, la acción, lo masculino, yang. La voluntad creadora, juventud, logros, vitalidad, carisma.
Invertida, esta carta representa a un charlatán, abuso de energías, irresponsabilidad, trampa y engaño.