miércoles, 30 de mayo de 2012

El Londres de Virginia Woolf




Ya se acercan los Juegos Olímpicos de Londres y esa es una buena razón para releer “Londres” de Virginia Woolf. (Hay muchas otras razones por las cuales releer a la Woolf, pero ese no es el tema en esta oportunidad).

Solamente he estado una vez en Londres, pero tengo fresco el recuerdo de su ambiente tan particular, con neblina aún en primavera, sus monumentos históricos, la dignidad de sus edificios señoriales. Londres es una ciudad antigua que ha vivido tiempos de gloria y de zozobra. Vio el surgimiento de Shakespeare, los destrozos de la peste, el bombardeo nazi en la Segunda Guerra Mundial, el atentado terrorista de principios de este siglo. Y siempre ha sobrevivido indómita.

El Londres sobre el cual nos escribe la Woolf es el de comienzos de los años 30’s del siglo XX, cuando la ciudad, el país y toda Europa se encontraban -sin saberlo-  entre dos guerras mundiales. Se trata de unas cortas crónicas, una especie de mini ensayos llenos de una madura reflexión que nos llegan muchos años después de haber sido escritos. Afortunadamente, una editorial se tomó el trabajo de recopilar varios textos sobre la capital británica que  la escritora había publicado en una revista entre 1931 y 1932.

De la pluma de Virginia logramos conocer el mundo del cotilleo social en una época en la que no existía Twitter; la vida comercial de la ciudad a través de sus muelles y de sus calles más transitadas; la arquitectura de las casas que habitaron los prohombres ingleses; detalles sobre algunos de los grandes monumentos de la ciudad, así como el discurrir de la vida política de la Cámara de los Comunes.

Virginia Woolf, sin jamás sospecharlo, nos ayuda hoy con sus escritos a preparar el ánimo para las justas deportivas que mantendrán en vilo a millones de personas en el planeta a través de los medios de comunicación. Todos pendientes de Londres, gran ciudad anfitriona de los próximos Juegos Olímpicos.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Mujeres Veloces (Fast Women)



Hace poco tuve la oportunidad de ver este documental sobre cuatro corredoras norteamericanas que persiguen diferentes objetivos en el mundo del “running”. Los sueños, desvelos, entrenamientos, éxitos y frustraciones de estas deportistas son seguidos a través de varios años, permitiendo al espectador apreciar los cambios de cada una de ellas y cómo asumen con valentía nuevos retos y aprendizajes con cada carrera.

El mayor valor de la película reside en la manera franca cómo se expresan frente a las cámaras y la determinación que demuestran para escoger sus particulares batallas, bien sea por lograr un puesto entre el equipo olímpico de su país, por mejorar sus records personales o, como en el caso de June Estrada, por superar las consecuencias de haber sufrido un derrame cerebral que dejó paralizado parte de su cuerpo. La lucha de Estrada por volver a caminar y luego correr es particularmente inspiradora para cualquier persona, deportista o no, sobre los recursos ocultos que tenemos todos los humanos para vencer obstáculos cuando tenemos la suficiente motivación.

Otro punto a destacar es el enfoque objetivo de todo el documental. Cero drama y mucha motivación se dejan ver en las declaraciones de estas admirables mujeres que, ante todo, demuestran ser realistas sobre sus metas y no dejan que situaciones personales difíciles les desvíen de sus objetivos.

Fast Women ganó el premio como Mejor Documental en el Festival Mammoth de Cine en 2010 y cuenta con el testimonio de las corredoras Susan Loken, Suzy Schumacher, Karla Sokolovic y June Estrada, además de entrevistas a sus amigos, familiares y entrenadores. Fue dirigido por George Delalis y el guión pertenece a Delalis, Eve Drinis y D.E. Hyde.