Sigo con Suite Francesa. En realidad, el proyecto original de Nemirovsky era una enorme novela que abarcara toda la guerra, en cinco partes: Tormenta en Verano, Dolce, Cautiverio, La Batalla, La Paz. Lamentablemente, Irene sólo completó las dos primeras partes y llegó a delinear trozos de las restantes, antes de ser deportada a Auschwitz.
Quizás uno de los atractivos de la novela es que describe a gente común mientras huye de la capital hacia el interior de Francia, buscan refugio, esquivan las bombas; los ricos, negándose a aceptar su situación de fragilidad ante el avance de los nazis; otros, luchando por un poco de comida y un espacio en el piso para poder dormir. Todos, a veces presa de una quieta desesperación o simplemente resignados a lo peor.
La obra publicada también contiene dos apéndices interesantes: en uno se publican las cartas de la escritora y las de su esposo, cuando trató inútilmente de salvarla, así como la correspondencia con sus editores, documentos históricos de sumo interés.
En el otro apéndice están las notas que hizo Irene sobre la obra, se pueden leer sus apuntes sobre los personajes, cómo delineaba el argumento, qué efectos esperaba crear en el lector, todo salpicado con reflexiones personales sobre la vida, la guerra y el tiempo en que le tocó vivir.
Para los aprendices de escritores estos documentos son bien valiosos. Irene, por su origen ruso, admiraba a Tolstoi y citaba sus obras; aunque escribe en francés, hace observaciones en ruso y en inglés; era una mujer culta, refinada y muy observadora.
En un determinado momento hace una reflexión sobre Hitler y los nazis que demuestra su enorme y trágica lucidez:
“Están tratando de hacernos creer que vivimos en una era de comunidad, en la cual el individuo debe perecer para que la sociedad pueda vivir, y no queremos ver que es la sociedad la que está muriendo para que los tiranos puedan vivir”.
En la dedicatoria de la obra, Denise Epstein, la hija mayor de Irene y quien rescató su obra, hace un homenaje a sus padres y a todas las personas que han sufrido o sufren la tragedia de la intolerancia.