sábado, 12 de noviembre de 2011

Lo que nunca debe decirle a un periodista (I)


Hay una frase que en algún momento de escasa creatividad inventó algún ejecutivo miedoso para tratar de evadir su responsabilidad de comunicar como vocero de una empresa. Y lo peor es que la siguen repitiendo por décadas cientos de ejecutivos, políticos o personalidades públicas que parecen copias por escáner de quien la inventó.

Durante el curso de una entrevista, el entrevistado (o entrevistada) baja un poco la voz, sacude la cabeza con nerviosismo y pronuncia: “esto es off the record”. A continuación, generalmente hace una revelación sustanciosa, ofrece una primicia o una información interesante y única, más importante que lo que ha mencionado anteriormente, suponiendo que el periodista no está autorizado para publicarla al haberle dicho que es “off the record”. Olvida el entrevistado que el reportero está precisamente detrás de esa primicia o información valiosa y oculta. Su trabajo es darla a conocer.

Todavía me sorprende la frecuencia con la que esta frase sale a colación en una entrevista y más cuando se trata de Gerentes de Comunicaciones o Relaciones Públicas, quienes son precisamente los que deberían evitarla. Se supone que estos ejecutivos son los especialistas en mediar con la prensa.

Dentro de las directrices que enseñan en las escuelas de comunicaciones y hasta en los más elementales cursos de vocería se recomienda no mencionar nunca temas que no se quieran revelar. La razón es simple. El periodista está a la caza de noticias. No se trata de que sea malintencionado, sino que buscar la noticia y publicarla es su trabajo.

En una entrevista, lo más lógico es hablar sobre lo que sí se desea comunicar. Si surge una pregunta álgida o el reportero toca algún tema delicado sobre el cual no se puede brindar información inmediata, hay que pedirle (¡y cumplirle en esto!) más tiempo para conseguir los datos requeridos. Solo así se puede construir una relación sólida con los medios de comunicación.

Esto suena muy lógico, pero en la vida real se cumple muy poco y a menudo los voceros de las empresas cometen otros errores al subestimar a los periodistas.

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