sábado, 18 de agosto de 2007

Días de taxis y jazz


En las últimas tres semanas la desidia y la mediocridad de un taller mecánico me mantuvieron a pie, en metro y camionetica hasta que un intento de asalto me obligó a tomar la onerosa decisión de contratar un servicio de taxis para trasladarme.

El gasto tuvo sus compensaciones. Me encontré con unos taxistas amables y sibaritas, casi insólitos en esta Caracas infernal. Hablamos de cocina gourmet, deportes y jazz, sobre todo con uno de ellos, apodado “el melómano”. Este amigo logró calmar mis ánimos de estresada caraqueña con los acordes de Ella Fitgerald, Glenn Miller, Michelle Camilo, Chic Corea y un largo etcétera del mejor jazz de todos los tiempos.
Así que regresé a mis orígenes. La música que a lo mejor no sacudió a todo el mundo, pero a mí me deleita desde los 16 años. Desempolvé entre mis CD’s la copia del álbum de pasta del abuelo que me reveló el jazz por primera vez: All Star Festival, un disco que sacaron las Naciones Unidas en los 50’s ó 60’s para ayudar a los refugiados del mundo. No sé si la ONU logró su cometido, pero al menos yo me refugié nuevamente en las voces inolvidables de: Louis Armstrong, Bing Crosby, Maurice Chevalier, Nat “King” Cole, Doris Day, Ella Fitzgerald, Nana Mouskouri, Patti Page, Luis Alberto del Paraná, Edith Piaf, Anne Shelton, Caterina Valente y la gran, inmortal Mahalia Jackson.

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