domingo, 14 de diciembre de 2008

El cuerpo como barrera del dolor


Hace poco me trajeron de Madrid, La Ofensa, una breve novela que anhelaba leer desde el año pasado, cuando supe por Internet que había sido reconocida en España como uno de los mejores libros de 2007.

Es lamentable que las férreas restricciones a las importaciones de libros impuestas por el gobierno nos hayan privado a los venezolanos de apreciar valiosas obras internacionales. La Ofensa fue un suceso en el mundo hispanoamericano y aún ninguna librería venezolana –que yo sepa– la ofrece. Es la quinta novela de Ricardo Menéndez Salmón, un joven asturiano que ha logrado destacar en la narrativa española contemporánea.

En la primera parte de la novela –La Bestia Rubia– se narra cómo un tranquilo sastre alemán, Kurt Cruwell, es llamado a filas al estallar la Segunda Guerra Mundial. El joven se despide de su novia judía, a quien nunca volverá a ver y cumple con sus deberes de soldado adaptándose progresivamente a los avatares de la confrontación hasta que al presenciar una masacre, sufre una extraña reacción: su cuerpo pierde todo trazo de sensibilidad. En la segunda parte –Una Educación Sentimental– el joven intentará superar su enfermedad con la ayuda del Dr. Lasalle y de la enfermera Ermelinde. En la tercera –Esta Lágrima contiene un Mundo– Cruwell, ya casado y con una nueva identidad en el apacible Londres de postguerra, volverá a enfrentarse a un pasado que no le ofrecerá tregua.

Aunque ambientada en la Segunda Guerra Mundial, no se trata de la típica historia de nazis a las que Hollywood y cierta literatura nos tiene acostumbrados. Aquí el tema es la fragilidad del cuerpo ante la capacidad de infringir sufrimiento del ser humano. ¿Se trata de locura? En todo caso, de una locura del cuerpo: la total negación de los sentidos ante una realidad terrible e imposible de aceptar.

En el libro se aprecian alusiones a otras obras literarias. No en vano, el protagonista se llama Kurt, nombre similar al del personaje retratado por Joseph Conrad en El Corazón de las Tinieblas. Pero este Kurt enfrenta su viaje hacia el horror armado con una original barrera contra el dolor.

El tema –trágico y universal– podría haber sido abordado por un escritor de cualquier nacionalidad, pero bajo la óptica de Menéndez alcanza una sabia mezcla de mesura y emoción. Tan importante es lo que dice como lo que deja entrever a través de las elipsis de la historia. El ritmo varía de rápido a pausado en las dos primeras partes, para volverse trepidante en la tercera, invitando a una lectura ávida que probablemente sorprenderá al lector con un final inesperado y cargado de símbolos.

Hay quien califica a La Ofensa como “una metáfora de un siglo trágico”. No estoy segura de esta afirmación, pero sin duda, su lectura mueve a una muy universal reflexión sobre la capacidad degenerativa del mal y la fuerza redentora del bien, como eternos polos entre los cuales se desplaza la humanidad. Y, como todos los buenos libros, provoca en el lector más preguntas que respuestas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Despedida


Cuando las sombras
tapan los últimos recodos del camino
recuerdo tu sabor
a pueblo viejo.
(Mañanitas cargadas de rocío,
flores de sabana con olor a cielo).

¿Volveré a cruzar tu puente,
a caminar tus calles?
¿Volveré a volar sobre el campanario de la iglesia,
recorriendo con la vista y con los dedos
la tibieza simple de tus tejas de
alfeñique?

No hoy,
quizás mañana.

AP

domingo, 2 de noviembre de 2008

Capote traducido


"No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que sólo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar claqué y hacer dibujos. Entonces, un día, comencé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble, pero implacable amo".
Truman Capote


Acabo de terminar (o devorar) “Otras voces, otros ámbitos”, de Truman Capote. El gran escritor sureño plantea en esta corta novela (creo que su primera, publicada originalmente en 1947), el camino iniciático que llevará al joven Joel desde su infancia hasta su adolescencia, al tiempo que vislumbra su adultez.

Es una novela excelente, con hermosos y dolorosos pasajes; tiene algo de los héroes de Dickens, pero sin el “happy end”. Tomemos, por ejemplo, a Grandes Esperanzas. Mientras que el joven Pip se levanta entre varios infortunios hasta convertirse en un adulto maduro y seguro de sí mismo, para Joel las cosas no van a resultar tan sencillas. Poco a poco descubrirá que el mundo de los adultos que lo rodean está hecho de mentiras y, eventualmente, se atreverá a abandonarlo para buscarse a sí mismo.

Pero lo que me inquieta no es tanto comentar la novela, sino lo pesada que puede resultar una lectura cuando nos llega mediante alguna traducción demasiado española. Tengo la edición de Bruguera, plagada de habéis, estáis e incluso uno que otro chaval.

Entiendo que se trata de un correcto castellano. No hay dudas. Pero... cómo cuesta conciliar al chico que sufre en Alabama con ese lenguaje más propio de Madrid o Albacete... Es como si forzáramos al personaje principal y a sus amigas Floribel y Idabel a hablar como chamos caraqueños; o, digamos, como si se expresaran con un marcado acento argentino o mexicano. Aparte de ser risible, estas traducciones nos alejan mucho del ambiente que el escritor quiere plasmar, en este caso, el del sur profundo de los Estados Unidos.

La solución podría ser leer los libros en su idioma original. Al menos con lo clásicos, es posible encontrarlos en otros idiomas, incluso aquí en Caracas, pero... cuando uno se encuentra con un libro de un autor japonés, por ejemplo, surge la duda. ¿Cuál será la mejor traducción?. La obra de Murakami ¿habrá sido traducida directamente del japonés al castellano, o la traducción original fue en inglés y de allí se pasó a nuestro idioma? En ese caso, ¿cuánto se ha perdido entre los giros de cada lengua?... un tema que da qué pensar...

sábado, 18 de octubre de 2008

Tarot: El Mago


Es el alquimista, que transmuta la materia y utiliza conscientemente sus poderes. Su pensamiento es ilimitado; el manto rojo y abierto denota que controla sus pasiones; la túnica blanca indica espiritualidad y pureza. Se protege el plexo solar con la serpiente que representa la energía vital. En su mano derecha sostiene una vara con las puntas de cuarzo; la izquierda señala a la tierra. “Como es arriba, es abajo”.

En la mesa de madera reposan los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Manifiesta su voluntad de transmutar la materia. Se rodea de un ambiente luminoso y fecundo.
Su presencia marca el inicio de un proyecto, la inteligencia dirigida con éxito hacia un nuevo comienzo, la acción, lo masculino, yang. La voluntad creadora, juventud, logros, vitalidad, carisma.

Invertida, esta carta representa a un charlatán, abuso de energías, irresponsabilidad, trampa y engaño.

martes, 30 de septiembre de 2008

¡Por fin!: el Grammy para Simón Díaz


Hoy se hizo oficial el anuncio de esta noticia que nos llena de orgullo a todos los venezolanos: el Grammy Latino para el Tío Simón.

Simón Díaz es la quintaesencia del venezolano humilde, trabajador, talentoso y creativo. Es el llanero que nos trajo a la ciudad -y al mundo- la magnífica tonada.

El miércoles 12 de noviembre estaremos simbólicamente junto a él en Houston, cuando reciba ese reconocimiento que sentimos como propio.

En la foto, el querido Tío Simón, con su hija y manager Betsimar Díaz.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Paul Newman


1925-2008
Quiero recordarte como el Brick atormentado de "Una gata sobre el tejado caliente" o el pícaro jugador de "El golpe".
¡Gracias por tus personajes y tu vida bien vivida!

domingo, 14 de septiembre de 2008

Ultimas lecturas: The Brief and Wondrous Life of Oscar Wao, de Junot Díaz



Gracias a mi amiga Mercedes, quien tuvo la gentileza de traerme de USA esta novela, pude disfrutar del libro ganador del Pulitzer 2008 en su idioma original: Spanglish. (Sospecho que en la traducción al español que ya está rodando por aquí se debe perder mucha de la chispa de esta novela).

Esta es la saga de una familia dominicana contemporánea que emigra a los Estados Unidos, concretamente a New Jersey, como la familia del autor. La historia te atrapa desde el principio y te lleva por los sufrimientos de varias generaciones de los Cabral gracias a una maldición que arrastran (quizás desde Africa) y los persigue condenándolos a la infelicidad.

Sé que no suena muy atractiva esta descripción, pero hay más, muchísimo más: un humor negro y delirante en el que el narrador nos explica a los lectores, con la ayuda de muchísimos pies de página, los intríngulis de la historia no-oficial de la República Dominicana, donde no falta ninguno de los íconos de esa isla: desde Trujillo hasta Porfirio Rubirosa, pasando por Cristóbal Colón y las Mirabal... creo que si acaso, le faltó Juan Luis Guerra. Pero antes de irme por las ramas, mejor me concreto a la trama principal (hay varias).

Oscar es un negrito dominicano muy, pero muy desubicado en la vida; es un nerd de la ciencia ficción, apasionado por los héroes de los cómics (él crea sus propias historias como incipiente escritor y sueña con ser el "Tolkien" dominicano), pero es incapaz de levantarse ni una sola chica. Condenado a un mundo sin amor en el que no “encaja”, finalmente Oscar toma algunas resoluciones heroicas. En el interin uno se encariña con esa adorable familia disfuncional incapaz –aún con las mejores intenciones- de ayudarlo a encontrar su lugar en el mundo. Uno sufre con las historias desgarradoras de la madre (Beli), de la abuela (La Inca), de la hermana y el casi-cuñado (este sí, típico macho caribeño), que resulta el narrador de la historia.

Es una novela urbana, familiar, tragicómica y de un ritmo trepidante, que te deja pensando en el infierno tropical que puede ser una supuesta isla paradisíaca, en manos de gente autoritaria, mediocre y francamente malvada. ¿Qué nos pasará a los latinoamericanos que cada cierto tiempo sucumbimos y terminamos colocando nuestros destinos en las manos de caudillos autoritarios? ¿Dónde está nuestra autoestima y nuestro valor?
A lo mejor podemos aprender algo del adolescente soñador, nerd y desadaptado que es Oscar Wao.

viernes, 22 de agosto de 2008

Un encarguito de Pérez Jiménez: La catira de Cela



Con este libro uno se entera de que el escritor gallego y Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, en sus años mozos aceptó un pequeño encarguito de Marcos Pérez Jiménez: escribir un libro -una novela, para más señas- con la intención de competir y superar a la Doña Bárbara de Gallegos. Casi nada.

Por supuesto, la idea no salió de la cabeza del dictadorzuelo, pues éste no era muy versado en letras; la idea vino de otra mente más inclinada al oficio intelectual, la de Laureano Vallenilla, hijo. El junior del otro Vallenilla, adulador (a su vez) de otro dictador, Juan Vicente Gómez.

Moraleja 1: la historia se repite.

Moraleja 2: a todo militar mandón le sale de vez en cuando un intelectual arrastrado que trata (a realazo limpio) de imponer su "ideología" o "estética cultural" para pulir y justificar sus desmanes.

Moraleja 3: esos intentos generalmente no pasan de un esfuerzo patético que aún muchos años después provocan unas cuantas carcajadas.

En esta tierra venezolana ocurren cosas insólitas y sorprendentes, tan sorprendentes como que un escritor gallego pase unos cuantos meses recorriendo nuestros país, vista liqui-liqui, toque cuatro y se monte a caballo y ya se sienta: a) llanero!!!, b) autorizado a escribir la gran novela venezolana, c) coloque todos los modismos que aprendió en su viaje y en diccionarios de venezolanismos en todos los personajes de la novela y d) prepare una serie de libros "venezolanos", sobre las diferentes regiones de nuestro país (que serían pagados a precio de dólar petrolero).

El libro "Historia de un encargo: La Catira de Camilo José Cela", del escritor venezolano Gustavo Guerrero es una deliciosa lectura que a ratos analiza con ironía el atrevimiento de Cela, los estrechos vínculos entre la dictadura franquista y la vernácula, cuenta unos sabrosos chismes (muy bien contados) sobre los intelectuales de la época y nos transporta (para sorpresa de los que no habíamos nacido en los 50's) a un momento ya olvidado de nuestra historia donde el Nuevo Ideal Nacional de Pérez Jiménez trataba de imponerse para justificar su régimen autoritario.

Lo recomiendo sin reservas.

Ah, se me olvidaba, el libro ganó el Premio Anagrama de Ensayo 2008.

jueves, 31 de julio de 2008

Lo que dicen algunos escritores...



... En este caso, sobre el arte de escribir:

“Practica el arte, recordando en todo momento que tu oficio es decir qué ves, y sigue con la historia”.
Stephen King, en Mientras Escribo

“Escribir lo que uno quiere escribir es lo que importa, y que eso importe por siglos o por horas es lo de menos”.
Virginia Woolf, en Un Cuarto Propio.

“Corregir consiste en hacerle creer al lector que las cosas fueron escritas sin mucho trabajo”.
Marcelo Di Marco, en Taller de Arte y Corrección.

“Si ustedes quieren hacer algo agradable, como mimarse a sí mismos, en medio del tráfago de la terrible escritura, tomen un libro cualquiera que les parezca atractivo y tírense a leer en un diván en una tarde calurosa, luego se dejan adormecer y, pasado un ratito, se despertarán renovados y escribirán algo lindo, fuerte, ingenioso. Eso me pasaba a mí. Total, si no les pasa a ustedes, al menos no les hará mal”.
Alicia Steimberg, en Aprender a Escribir

“No pulir, no limar demasiado; hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento”.
Antón Chéjov, en Sin Trama y sin Final: 99 Consejos para Escritores.

“Ser consciente de uno mismo es el enemigo de todo arte, sea la actuación, la escritura, la pintura o la vida misma, que es el mayor arte de todos”.
Ray Bradbury, en Zen en el Arte de Escribir

“La imaginación es la cualidad humana que más nos aproxima a los dioses”.
Eduardo Liendo, citado por Ficción Breve Venezolana.

viernes, 11 de julio de 2008

Guía de jóvenes humoristas (por Francisco Pimentel, alias “Job Pim”)


Especial para “Caricaturas”

Un nuevo semanario
lanzan Alfa y Rivero a la corriente:
y bien, lo extraordinario
es que no lo hayan hecho hasta el presente,
puesto que todos dos tienen madera
de primera.

Y aunque me consta que no van a oscuras,
pues si ayer comenzaron ya están lejos,
yo, que puedo ¡ay! contarme entre los viejos,
para “Caricaturas”
rimaré unos consejos.

Primero y principal: si el “niño” cuaja
no hay que dormirse sobre los laureles;
debe aspirarse a conquistar la faja,
si es que hay faja en las luchas de papeles.

Segundo: recordar que el humorismo,
la manera festiva,
no es lo mismo
que la sátira cruel o la diatriba,
y que con enconosas ironías
lo que se hace es perder las simpatías,
a reserva
de un radical verazo por la terva
que atrase el semanario quince días.

Tercero: hacer elipsis
de la desmesurada sicalipsis,
pues si es verdad que la mostaza es buena,
si ajíes se le añaden envenena.

Y cuarto, en fin: hay que tener en cuenta
que en los “palitos” todo es empezar,
y por tanto es preciso decretar
la Ley Seca en terrenos de la imprenta.

Envío:
Hijos míos, seguid estos consejos
y en poco tiempo llegaréis a viejos.

Job Pim
(Consejero de la Juventud)


viernes, 4 de julio de 2008

Libertad, liberté!


Ya van a ser las siete.

El tráfico fluye por un Paris caluroso, que se despereza muy despacio, soportando la invasión de turistas veraniegos. Antes de abordar su taxi para hacer unos cuantos francos, Jean Claude compra el periódico y al ver la foto que adorna la primera plana sonríe pensando que esta noche tendrá mucho que hablar con Marie.

Jairo enciende la tele apenas abre los ojos. Anoche se desveló viendo la rueda de prensa y se gastó unos cuantos dólares hablando con su familia, a miles de kilómetros al sur de este New Jersey, a donde lo ha llevado su afán por aprender inglés. Se desayuna con un ojo puesto en CNN y otro en la cafetera que descansa allí mismo, en la mesa de noche de su improvisada habitación de estudiante. El aroma de café que le trajo su novia en la última visita le trae dulces recuerdos de Valledupar.

Yolanda se apretuja con otros 35 pasajeros en el Encava que la lleva desde Petare hasta Chacao. Como le toca ventana puede ver a través del vidrio sucio los kioscos que enarbolan la misma fotografía. Piensa en sus hijos, se santigua, le da gracias en silencio al Nazareno y se promete comprar la noticia apenas baje del carrito.

Jean Claude, Jairo y Yolanda saben que valió la pena marchar y rezar por Ingrid.


Arturo Uslar Pietri y la Venezuela posible

Aurora Pinto


“Había descubierto entonces que él también era Robinson. En mitad de la ciudad, o en mitad del mundo. Solo en su isla aprendiendo a ser hombre y a valerse”. (1)

Arturo Uslar Pietri, La Isla de Robinson



No son muchos los hombres de letras y pensamiento que llegan a incursionar con igual éxito en la novela, el cuento, el ensayo, el teatro, la poesía, al mismo tiempo que en el periodismo, la política, la diplomacia, la docencia y la televisión. Como los genios del renacimiento, Arturo Uslar Pietri abarcó estas múltiples dimensiones del saber y en todas sus aportes fueron valiosos.

En el caso del periodismo, es de los pocos intelectuales del mundo que logra mantener una columna en un periódico –en este caso, El Nacional-, durante cincuenta años. Quizás sea precisamente la columna Pizarrón la que ofrece tanto al hombre común como al académico una vía segura para estudiar y comprender su pensamiento.

Durante medio siglo, Uslar observa, reflexiona y estudia a Venezuela y al mundo. Moldea su pensamiento en estos textos breves, en los cuales se imponen las restricciones del periodismo impreso, y exigen el máximo de su capacidad de síntesis. Hay en su escritura agudos análisis de un erudito que, lejos de abrumar con su prosa, consigue interesar al hombre de a pie sobre los temas históricos y culturales más trascendentes de la contemporaneidad. El estilo de este gran comunicador es ejemplo de síntesis y sobriedad. Algunas veces muestra atisbos de emoción, como cuando evoca personajes y acontecimientos que le atañen directamente; así sucede con las muertes de su padre y de su hijo; sin embargo, logra empatía con el lector sin ceder a la emotividad gratuita y alcanza alturas magistrales en esa sobria despedida que es la columna final: “Una larga jornada” (2) , el ocaso sereno del hombre público que sabe que llega a su fin.

En los cincuenta años de Pizarrón se encuentran reflejados los temas que van a ser una constante de su pensamiento. Temas que sorprenden por lo atinado de sus reflexiones y la vigencia que conservan muchos años después.

El origen de Venezuela y el mestizaje; los mitos que movieron a los colonizadores; los inicios y avatares de nuestra historia republicana; la democracia como concepto universal y como conquista del venezolano; la educación en América; el aporte del mundo hispano en el desarrollo de la humanidad; la evolución de las comunicaciones y sus consecuencias en la grandes transformaciones de la cultura universal. Vale la pena detenerse en algunos de estos temas para comprender lo que el docente oculto tras el periodista escribió en el pizarrón del aula de papel que es la prensa para que aprendiéramos a conocernos y aceptarnos y contribuir así con la construcción de una Venezuela posible.

El mito de El Dorado y el pensamiento mágico
No es casual que tanto en su dimensión de autor de ficción como en su papel de columnista, Uslar se interese por el mito de El Dorado. Buena parte de nuestros males se desprenden de esa búsqueda insensata de los conquistadores españoles de la inalcanzable ciudad mítica, llena de riquezas y alimentada por la fantasía.

De los escritos de Uslar sobre el tema se desprende que es ésta una de las tragedias de la América Hispana. A diferencia de los colonos ingleses, quienes se adentraron en las nuevas tierras con el ánimo de establecerse y fundar un nuevo mundo, muy diferente fue el sueño de los conquistadores españoles. La motivación era otra: alcanzar la gloria de una riqueza fácil, arrebatarla y regresar a España convertidos en señores.

La insensatez de los conquistadores los llevó a organizar las más arriesgadas expediciones y a planificar hipotéticas ciudades y reinos que nunca se materializaron. La organización de la administración española que años después de la conquista se materializaría en la excelente planificación de las ciudades coloniales fue reemplazada durante la conquista por el pensamiento mágico: esa noción que aún hoy en día nos acompaña de obtener la máxima prosperidad con el mínimo esfuerzo. La idea de alcanzar la realización personal a través del trabajo no llegó a calar hondo en los primeros españoles que llegaron a América.

La fuerza del mito aún persiste en nuestros días, aunque ahora no se encuentra simbolizado por el reino inalcanzable de El Dorado, sino por el rendimiento irracional de las muchedumbres ante algunos caudillos. Uslar alude al mito de Perón en la Argentina y a la fe ciega que despertó en el inconsciente colectivo de las masas, más allá de doctrinas o ideologías. Es la estrecha relación entre el pensamiento mágico y el poder en América Latina.

Contra este mal advierte Uslar cuando exalta la figura del Mariscal Sucre como el anticaudillo. A diferencia de otros jefes militares surgidos en el fragor de la guerra de independencia, Sucre –y también Bolívar- se encuentra motivado por ideales más nobles que el apetito individual de poder.

El otro mito del pensamiento mágico, no sólo venezolano y latinoamericano, sino que ya forma parte del mundo occidental es el del Buen Salvaje. La visión del hombre como un ser perfecto en su estado natural que surgió con el descubrimiento de América aún domina en nuestros días. De este mito nació la revolución francesa y sigue alimentando otras revoluciones y sustentando sueños utópicos. Uslar Pietri nos recuerda que la aseveración de la bondad natural del hombre nunca ha podido ser probada y afirma que, ante la actual crisis de las ideologías, la humanidad buscará reemplazar este mito por otro de igual fuerza y que origine nuevas transformaciones.

El mestizaje como expresión de la nacionalidad
La peculiar unión de tres razas: la española, la india y la negra, tiene en el pensamiento de Uslar Pietri un lugar preponderante como explicación del ser nacional y de la idiosincrasia latinoamericana. A diferencia de otros intelectuales que defienden la supremacía de alguna de estas razas sobre las otras dos, Uslar destaca la nueva estirpe que se forma a partir de ellas a través del mestizaje. Si bien reconoce la importancia de la lengua castellana como el idioma que prevaleció gracias a la conquista, afirma que más que la imposición de un lenguaje y una idiosincrasia se trató de una fusión y más que mero transplante de costumbres y hábitos, los conquistadores trajeron un añadido al que llama injerto (3) : el elemento que permitió la creación de un mundo y un hombre nuevo.

Ante aquellos que de manera romántica exaltan hoy en día al indio como la raza más significativa de Latinoamérica, en detrimento de cualquiera de las otras que han contribuido a formarnos, vale la pena recordar la visión realista de Uslar, quien aún reconociendo la importancia del indio por ser el más antiguo habitante del continente americano, nos recuerda que finalmente el ser nacional está compuesto por elementos diferentes a lo que representaban las tres razas en su estado puro. Es una fusión sin igual y poderosa que se aprecia en las más diversas manifestaciones culturales: en la cocina, en el arte, en el sentir religioso. El “pequeño género humano” del que hablaba Bolívar es el hombre nuevo americano y gracias a él se hace nuestra historia.

La Independencia y la creación de la república
Gloria y tragedia se encuentran asociadas, unidas indisolublemente en la formación de nuestra nacionalidad. La formidable labor de crear nuevos países pasó por una gesta heroica, pero que trajo numerosas calamidades a las nuevas repúblicas, fundamentalmente a Venezuela. Así nos recuerda Uslar Pietri al referir que en el caso de nuestro país la guerra de independencia fue la más larga –quince años- y se llevó la tercera parte de nuestra población, dejando al país libre de la dominación española, pero empobrecido y dividido entre numerosos caudillos que se disputaban liderazgos regionales.

El nombre de Venezuela bien podría haber nacido de la casualidad, como lo reseña Uslar al mencionar que esa designación se impone sobre otras más poéticas o acertadas, como Tierra de Gracia o Nueva Andalucía. Pero más allá del nombre propio con el que comenzó a identificarse nuestro territorio sin ser todavía un país, lo trascendente es la evolución que experimentó desde la conquista y la colonia hasta llegar al momento decisivo de la independencia, cuando deja de concebirse como un apéndice de España y adquiere una identidad de nación libre y soberana.

La semilla de las ideas independentistas necesitó de unos hombres que estuvieran a su altura: Miranda, Bolívar, Bello y Rodríguez. Son cuatro caracteres y cuatro pensamientos que difieren en muchos aspectos, pero tienen la suerte de coincidir en las ideas republicanas que luego de la guerra tomarían forma en nuestros países.

El altivo Miranda, lleno de ideas revolucionarias y europeizantes; el inquieto Bolívar, consciente ya desde su juventud de la necesidad de nuestros pueblos de encontrar una identidad propia; Bello, el intelectual, preocupado porque la ruptura con España no significara una interrupción de un proceso histórico. Y finalmente, el maestro Rodríguez, quien ya había inculcado en su alumno más notable, -Bolívar-, la idea de la originalidad de América.

La independencia, más allá de las circunstancias sociales y políticas que coincidieron para su realización –la ocupación de España por parte de Francia y el disgusto de los mantuanos por ser considerados súbditos de segunda categoría- partió de una búsqueda de identidad que sólo podía resolverse con la instauración de una república. Bien nos recuerda Uslar que más que una ruptura con España, la contienda independentista tuvo características de guerra civil. Españoles con ideas republicanas participaron en las filas patriotas, mientras que numerosos criollos se sumaron a la defensa de los privilegios del monarca. Fueron hermanos defendiendo diferentes sistemas políticos. De esta aparente contradicción, donde una vez más se pone de manifiesto el mestizaje, nace un país donde las nociones de vida republicana y democracia aún tardarían muchos años en imponerse.

La educación en Venezuela
Quizás es Uslar Pietri uno de los intelectuales venezolanos que más ha destacado la originalidad del pensamiento de Simón Rodríguez acerca del sistema educativo que debería imponerse en Venezuela y América. Coincide con él en su búsqueda de una pedagogía original de nuestro continente, orientada a proporcionar al ciudadano fundamentos educativos, un oficio útil y el acceso a la propiedad de la tierra, permitiéndole así convertirse en colono de su propio territorio.

Pero además de resaltar a Rodríguez, Uslar también expone sus propias ideas sobre las debilidades y oportunidades de nuestra educación. Desde los años cuarenta divulga su convicción acerca de la necesidad de que la educación universitaria no sea gratuita. Defiende este punto álgido argumentando con mucha lógica: “lo que nadie paga a nadie le duele”(4). Al haber sido ministro de Educación Nacional conoce los problemas educativos a fondo. Se aleja de las posiciones demagógicas, aboga por los exámenes de admisión y la selectividad al momento de aceptar a maestros y profesores. Estos argumentos, sin duda, deben haberle granjeado pocas simpatías entre los políticos de la época, pero siempre tuvo la valentía de sostener su opinión y sustentarla con razones.

Otra de sus preocupaciones con respecto a la educación universitaria fue siempre que nuestros centros de estudios supieran mantener su independencia frente a las ideologías y lo que denomina “servidumbre política”(5); esto es, que se dedicaran a formar y a forjar a los ciudadanos del futuro.

La democracia y los héroes civiles
Al analizar el origen de la democracia en Venezuela y en los otros países americanos, Uslar no puede dejar de reconocer la profunda diferencia entre la manera como se impuso este estilo de gobierno entre los americanos del norte y entre los del sur.

Mientras los primeros ya tenían una sociedad democrática, cuya consecuencia lógica fue el movimiento independentista de la hegemonía inglesa, en los últimos, la democracia se impuso abruptamente al obtenerse la independencia de España. A la ruptura con los principios absolutistas de los monarcas españoles siguió la inmediata adopción de los más elevados ideales de democracia e igualdad social nunca antes experimentados por nuestros pueblos.

Como era lógico esperar, se impuso el caos que dio origen a la ausencia de institucionalidad y a la proliferación de caudillos. En consecuencia, la adopción de los principios democráticos ha experimentado en América Latina un largo y difícil camino en el cual somos proclives a equivocaciones y retrocesos. Hay entre nosotros una tendencia a la anarquía y al individualismo, al “nominalismo”(6), definido por Uslar como el pensar que al adoptar un nombre, que bien pudiera ser el de la democracia, ya se está ejerciendo la idea que se encuentra tras esta definición.

También hay quienes piensan que los pueblos de América Latina no están preparados para la democracia y esta vendría a ser un derecho exclusivo de las naciones más desarrolladas. A ellos, Uslar les responde que hemos luchado por ideales de igualdad y justicia desde la conquista, porque estos principios son parte inherente al ser humano. También recuerda que numerosas veces han sido precisamente países del primer mundo los que han caído subyugados por los más feroces dictadores e ideologías.

El pensamiento de Uslar sobre la mejor manera de lograr que se imponga la democracia en nuestros países nuevamente coincide con el de Simón Rodríguez, quien confiaba en la fuerza de la educación como elemento transformador de las sociedades en la tarea de formar ciudadanos.

Pero, ¿cómo debe ser una educación orientada hacia principios democráticos? Uslar se lamenta de la preponderancia en nuestros pensum de estudios de la exaltación de los héroes militares. Aún reconociendo la importancia de los guerreros de la independencia en la formación de la república, específicamente en el caso de Venezuela, llama la atención sobre la necesidad de conocer y destacar a los numerosos héroes civiles con los que cuenta nuestra patria. Menciona como ejemplo de virtudes cívicas a Valentín Espinal, Martín Tovar, Cecilio Acosta, Fermín Toro, José María Vargas, entre otros. Todos, hombres cuyos pensamientos y acciones civilizadoras contribuyeron enormemente a forjar nuestra nacionalidad.

La ausencia del reconocimiento a estas personalidades y a sus obras deriva en una visión parcial y deformada de la historia. Es como si sólo el lado guerrero de nuestros prohombres fuera el más importante, cuando en realidad un país puede nacer de un hecho violento y necesario como la guerra de independencia, pero para convertirse en nación necesita ejercer la vida republicana y en ella, a través de sus personajes civiles, se crea y practica la democracia. Esto se logra a través de la formación de las instituciones, del florecimiento de las artes y las ciencias, de la evolución del pensamiento y del ejercicio diario de indispensables actividades civiles como el trabajo, la educación y la política.

Así como resalta las cualidades de los héroes civiles, se preocupa porque la enseñanza de la democracia no se quede sólo en la vacía memorización de un conjunto de reglas, sino que la escuela enseñe a los alumnos a convivir democráticamente, a respetar los pensamientos diferentes y, sobre todo, a buscar y a defender la libertad.

La evolución de la cultura
Uslar Pietri nunca dejó de interesarse por estudiar y reflexionar acerca de los aspectos culturales, históricos, sociológicos y políticos que contribuyeron a la evolución de la humanidad.

En este sentido, ejerció una labor docente al divulgar por medios masivos y en un lenguaje ameno, conversacional y fácilmente entendible su interpretación de grandes temas universales.

En Pizarrón abordó las consecuencias de las grandes transformaciones que ha vivido la humanidad, con especial énfasis en las ocurridas durante el siglo XX y de las que fue testigo. Son de particular interés sus observaciones sobre los medios de comunicación de la cultura.

Al remontarse a la invención de la imprenta por parte de Guttemberg, destaca como la masificación del libro ha significado que un mayor número de personas acceda al saber. De la imprenta también se esperaba que funcionara como el artículo mágico capaz de ayudar al hombre a salir de las tinieblas, otorgándole la propiedad de ser el vehículo más adecuado para imponer la cultura sobre la oscuridad y la ignorancia.

Según Uslar, esto no ha sido siempre así, pues existieron sin duda civilizaciones admirables que no poseyeron este instrumento; igualmente, luego de la invención de la imprenta, el uso dado a los libros ha sido muy variable. Bien puede ser elemento de progreso como de difusión de ideas oscurantistas. Sin embargo, es indudable su trascendencia como elemento transformador y moldeador de sociedades.

Los medios de comunicación, en general, poseen para Uslar esa característica revolucionaria. Al referirse al diario, lo llama la “universidad en la calle”(7), expresión que cobra un interesante significado. Atribuye al periódico una labor docente, de formación del ciudadano al permitirle, en contraste con la inmediatez de los medios audiovisuales, un nivel de profundización, interpretación y pertinencia que lo distingue.

Al mencionar a la computadora y su importancia, Uslar se adelanta a la invención de Internet, siendo capaz de avizorar un futuro en el cual está al alcance de la mano y de manera casi ilimitada, todo el conocimiento humano. Pero advierte que la computadora y lo que de ella se deriva finalmente es sólo una herramienta más, susceptible de ser utilizada tanto para el engrandecimiento del hombre como para su degeneración.

El petróleo y la riqueza fácil
Este es uno de los temas más constantes en el pensamiento de Uslar y probablemente por el que será más recordado. Prueba de una admirable capacidad de observación, estudio de la realidad y percepción del futuro es aquel temprano editorial de 1936 escrito en el diario Ahora, titulado: “Sembrar el petróleo”, y comentado unos años después en Pizarrón.

El origen del predominio de la riqueza fácil en Venezuela bien pudiera estar asociado a la conducta de nuestros conquistadores, para quienes la prosperidad material era un objetivo a alcanzar sin mediar el esfuerzo, la disciplina y el trabajo.

En todo caso, Venezuela es uno de los pueblos que sucumbe a la tentación de la abundancia no ganada gracias a la aparición repentina de petróleo, hecho que transforma repentinamente a un país rural, de menguada economía, en una nación de nuevos ricos que no se han procurado esa prosperidad, sino que les viene dada por caprichos de la naturaleza.

Uslar ve muy temprano el peligro que esto representa y propone acciones concretas para evitar sus consecuencias: invertir en la diversificación de la economía para no depender de una sola fuente de ingresos, aprovechar la riqueza transitoria para promover la agricultura como fuente reproductiva de entradas económicas. Su llamado fue a hacer de la explotación de un bien no renovable una fuente de prosperidad para el futuro.

Uslar deplora muchos años después la oportunidad perdida de haber invertido en salud, educación y obras de infraestructura que nos podrían haber convertido en una nación moderna. El populismo y la demagogia –puntualiza- nos han apartado de la prosperidad asociada a la economía de mercado, sistema probado con el éxito de los países más avanzados.

Es lamentable que ni entonces ni hoy haya sido entendida y aplicada en toda su dimensión esta oportuna advertencia.

Un pensamiento luminoso
Al leer los artículos de Pizarrón y asomarse a la obra y vida pública de Arturo Uslar Pietri surgen una serie de interrogantes sobre el papel de los intelectuales en la historia de nuestro país. Nos parece pertinente reflexionar sobre la relevancia que atribuimos los venezolanos a nuestros hombres de letras.

¿Será que hemos condenado a nuestros intelectuales a un mero papel decorativo?

Es innegable que Arturo Uslar Pietri recibió en vida numerosos reconocimientos y tuvo la oportunidad de intervenir y dejar huella en instituciones venezolanas al formar parte del Congreso Nacional, intervenir en la redacción de importantes leyes y cumplir actuación destacada como ministro y diplomático. Sin embargo, una lectura atenta de los últimos artículos de Pizarrón revela su gran desengaño, que casi podríamos calificar de amargura e impotencia por todas las oportunidades de rectificar el camino que perdió nuestro país y la indiferencia demostrada por dirigentes y ciudadanos ante sus advertencias.

Cabe preguntarse: ¿Qué haremos los venezolanos con las reflexiones y pensamientos de Arturo Uslar Pietri? ¿Cómo administraremos su legado?

Hay un país Uslar, un pensamiento Uslar, una estética cultural Uslar, un país que fue pensado, pero que nunca tuvimos el valor de construir. Es quizás esta la tragedia del intelectual venezolano, del maestro a quien se oye pero no se escucha; a quien se reverencia y se rinden homenajes, pero se le da la espalda. Él es, probablemente, la conciencia molesta que nos dice lo que no queremos oír, lo que nos negamos a asimilar y comprender.

Arturo Uslar Pietri coincide, como hemos revisado, con muchos de los pensamientos de ese otro gran incomprendido que fue Simón Rodríguez, el Robinson venezolano del siglo XIX. ¿Acaso también condenaremos a Uslar a la soledad de Robinson en su isla? ¿Será reducido dentro de unos años su pensamiento a unas cuantas frases, que podrían ser adoptadas por el populismo y la demagogia que tanto aborreció en vida?

Esperamos que esto no ocurra sino que otras generaciones, quizás más valientes y perspicaces, se atrevan a adoptar y poner en práctica su legado.

Aunque ya Uslar es objeto de estudio, queremos creer que sus ideas seguirán estimulando la reflexión y la búsqueda de una Venezuela posible en los años venideros. Pizarrón será sin duda una herramienta indispensable para comprender y acercarse al pensamiento luminoso de este venezolano universal.




Bibliografía

Biblioteca Uslar Pietri (2006). Pizarrón. Caracas: Los Libros de El Nacional, Universidad Metropolitana. Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri.

Uslar Pietri, Arturo (1975). El Globo de Colores. Caracas: Monte Ávila Editores, C.A.

Uslar Pietri, Arturo (1982). La Isla de Robinson. Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A.

Uslar Pietri, Arturo (1997). Las Nubes. Caracas: Monte Ávila Latinoamericana Editores, C.A.


(1) Uslar Pietri, 1982: 14
(2) Biblioteca Uslar Pietri, 1997a: 471
(3) Biblioteca Uslar Pietri, 1997b: 55
(4) Biblioteca Uslar Pietri, 1997c: 15
(5) Biblioteca Uslar Pietri, 1997d: 322
(6) Biblioteca Uslar Pietri, 1997e: 396
(7) Biblioteca Uslar Pietri, 1997f: 199

jueves, 26 de junio de 2008

¡Sorpresa y alegría!





Texto publicado en la Página Web de la Universidad Tecnológica del Centro (Unitec):

"Ganadores del concurso Uslar 100 años
La Universidad Tecnológica del Centro y el diario El Nacional se complacen en informar los ganadores del Concurso Nacional de Lectura Uslar 100 años, una iniciativa para divulgar y fortalecer el conocimiento de las grandes ideas de este ilustre venezolano.

Los ganadores son: en la categoría Estudiantil, Erly Álvarez, Néstor Liendo, Héctor Hernández, Marcos Castillo y Alejandro Azrnouz; y en la categoría Libre: Aurora Pinto, Luís Lizardi, Ricardo Henríquez, Milagros Rosas y Ana Patricia Melo.

Los afortunados recibirán en ambas categorías, para el primer y segundo lugar: una computadora portátil con accesorios, para el tercero: una computadora de escritorio con accesorios, y para el cuarto y quinto puesto: una computadora de escritorio.

Los participantes prepararon un ensayo basado en el libro Pizarrón, antología de la columna “Pizarrón”, a cargo de Rafael Arráiz Lucca y Edgardo Mondolfi".



En las fotos:
José Rafael Revenga, presidente de la Fundación AUP; Miguel Enrique Otero, presidente de la C.A. Editora El Nacional; César Peña Vigas, rector de la Unitec; Arístides Maza Tirado, presidente del Banco Caroní; Luis Eduardo Martínez, Vicerrector Administrativo de la Unitec.

Los felices premiados. (¡Puras sonrisas!).

Festejamos con las incondicionales Monique Loho y Olga Mejías

domingo, 22 de junio de 2008

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal



Con gran expectativa esperaba el estreno de esta cinta. Y mis expectativas se estrellaron con la realidad.
En esta última (¡ojalá que realmente sea la última!) película de la serie vemos a un Harrison Ford avejentado, pero en forma, que llega al Perú, le confiesa a su joven amigo Mutt (Shia LaBeouff) que estuvo antes en ese país con... Pancho Villa!!! Luego habla en dialecto maya con los indígenas locales!!!
Mucha persecución, una pizca de romance y un final demasiado previsible le hacen a uno desear el definitivo retiro de Indy.
A veces es mejor dejar a los héroes dormir en paz.

viernes, 6 de junio de 2008

Una rosa para el poeta





"A la rosa no le preocupa el que sea efímera, pues tiene suficiente fe en su propio perfume que le anticipa la certeza de la resurrección".

El Cuaderno de Blas Coll
Eugenio Montejo
(Caracas, 1938 - Valencia, 05-06-2008)

domingo, 1 de junio de 2008

¡Una meta lograda!






He subido y bajado montañas en plena tempestad, pero nunca antes había corrido con lluvia. Y nunca pensé que lo haría; pero siempre hay una primera vez para todo.

De los 10 kms del Maratón de Avon dedicado a la lucha contra el Cáncer, al menos los primeros siete fueron bajo la la poderosa descarga de las nubes. Cosa que no amilanó a los 6 mil participantes. Algunos con paraguas, otros con ponchos plásticos y la mayoría sin mayor protección que el entusiasmo partimos a las 7:38 a.m. del domingo 01 de junio por una húmeda Av. Principal de Las Mercedes rumbo al Cafetal.

Ya cerca de Caurimare la lluvia arreció de tal manera que no había manera de esquivar los enormes charcos, así que al sonido del agua sobre el pavimento se agregaba el "splash, splash" de cada pisada. Por un momento volteo hacia la persona que tengo a mi derecha; es una mujer de unos 40 años que sonríe y estira los brazos en cruz con las palmas hacia el cielo. "No luches con el agua, recíbela con alegría, como una manifestación más de la vida", parece decirme sin palabras.

Entonces me olvido de las gotas que mojan mi cara y bañan mi cuerpo y recuerdo que corro por la vida; corro por las amigas, las compañeras de trabajo que ya no están y también por las que sobrevivieron, por las mujeres de mi familia Pinto y por las mujeres de mi familia Paredes, que han vencido con valor y la ayuda de sus esposos e hijos esa terrible enfermedad; entonces, toda incomodidad y todo esfuerzo me parece pequeño; cuando bajo hacia la Río de Janeiro escampa, consigo fuerzas para hacer el último "sprint" y alcanzo la meta. Por ellas, por nosotros, por ustedes, por todos.

domingo, 25 de mayo de 2008

domingo, 18 de mayo de 2008

¿La Comedie Francaise o The American Comedy?



Este fin de semana me quise olvidar de los dramas. Cero rollos y sufrimientos, así que las películas elegidas fueron dos comedias “light”, una de Francia y la otra de Estados Unidos.

Lo Mejor de Nuestras Vidas, (título que le viene muy bien, ya que el nombre original en francés era algo así como Asientos de Orquesta) es una historia contemporánea sobre una serie de personajes ligados al mundo cultural cuyas vidas se cruzan en un café parisino. Una neurótica actriz de telenovelas que lo daría todo por actuar en el cine culto; un pianista rico y famoso que se harta de tocar para los ricos y quiere dedicar su arte a los pobres; un coleccionista de arte que dona todas las obras recopiladas en una larga vida; la conserje del teatro que ya está preparada para retirarse luego de años de amistad con los más legendarios artistas. El hilo conductor de estos personajes y otros que los rodean es la joven e ingenua Jessica (Cecile de France), quien llega a París para trabajar como mesera precisamente en el Cafe des Theatres y continuar el sueño de su abuela de participar del lujo y la belleza de la Ciudad Luz.

El elenco lo integran: Cécile De France, Valérie Lemercier, Albert Dupontel, Laura Morante, Claude Brasseur, actores de primera línea todos, quizás conocidos en Venezuela escasamente por los asiduos a los Festivales del Cine Francés. Recordamos a Cécile de France por su actuación en Las Muñecas Rusas, secuela de la inolvidable El Albergue Español, a la que titularon por estos lares: Una Casa de Locos; (no sé a qué obedece tanto cambio en los títulos).

El asunto es que esta ligera comedia francesa de hermosa escenografía y sólidas actuaciones captó mi atención por su excelente guión, sólidos actores y acertados diálogos.

No puedo decir lo mismo de Porque lo digo yo, propuesta americana del tipo comedia romántica, acerca de una sobreprotectora madre de tres chicas que se empeña en buscarle marido a Millie, la menor de sus hijas. Si bien en la película francesa no me reí a carcajadas –aunque hay escenas hilarantes como cuando la actriz trata de convencer al director de cine de que ella es la mejor para interpretar a Simone de Beauvoir- en la americana no hay mucho humor inteligente; parece una de las series a las que nos tienen acostumbrados Sony, Warner, Fox y otros canales de cable. De hecho, sólo le faltan las típicas risitas de fondo que caracterizan a estas series. Hay unas cuantas situaciones graciosas –justo es decirlo- pero los personajes ¡son tan estereotipados!; Diane Keaton es la misma de Alguien tiene que ceder y otras películas de ese tipo que ha hecho últimamente, parece que ni siquiera hace un esfuerzo por diferenciarse de actuaciones anteriores. No puedo negar que en este filme hay una buena química entre Keaton y Mandy Moore, que intrepreta a Millie y también tiene sus buenos momentos, como cuando las hermanas y la madre se lanzan a cantar, pero... no sé, mucha escena previsible, mucho diálogo innecesario y sobreactuación, hasta hay un par de pastelazos, algo que a mi modo de ver se convierte en el recurso al que muchas veces acude el cine comercial norteamericano cuando la imaginación falla.

Por otra parte, en la película gala no encontré ni un momento de aburrimiento y al terminar de verla, me quedó la sensación –junto a una sonrisa- de que es necesario revisar de vez en cuando qué es realmente lo que nos importa, qué es lo mejor de nuestras vidas. ¿Era ese el objetivo de este sencillo filme? No lo sé... pero sin duda me reafirma en esta convicción: Vive la Comedie Francaise! ... Vive la joie de vivre!

jueves, 15 de mayo de 2008

Lecturas recientes




Una de esas gripes horrorosas que tumban con todo y fiebre incluida me obligó a recluirme en casa por unos días. Para hacer más llevadera la recuperación me acompañé con los siguientes libros:

Una pantera en el sótano, de Amos Oz
Uno de esos relatos que te reconcilia con la lectura. Reflexión, belleza y poesía en el verano del joven protagonista y su descubrimiento de la verdadera amistad más allá de los vaivenes políticos.

Diez negritos, de Agatha Christie
Diez invitados a la remota Isla del Negro van desapareciendo en extrañas circunstancias. En la mejor tradición inglesa del relato de suspenso, esta corta novela te mantiene aferrado a sus páginas con la infaltable pregunta: ¿Quién carrizo es el asesino y por qué? Doña Agatha teje la asombrosa trama con su acostumbrada maestría. Por algo la llamaban la Reina del Misterio.

Oficina No. 1, de Miguel Otero Silva
Relectura de una obra fundamental de este narrador anzoatiguense. Sigue la sufrida vida de Carmen Rosa, el personaje mítico de Casas Muertas, esta vez en la fundación de El Tigre (o San Tomé, nunca me quedó claro) de la mano del boom petrolero de los años 30-40.

Arráncame la vida, de Angeles Mastretta
Este es un bolero aderezado con ranchera mexicana, abundantes dosis de machismo, revolución zapatista, corrupción del PRI y un toque de feminismo de la primera mitad del siglo XX. .. Bueno, se deja leer completico en un día de lluvia.

Rocanegras, de Fedosy Santaella
Otra relectura, ahora más sosegada, de este policial del profe Santaella, donde el lector corre ávidamente por sus cortos capítulos preguntándose cómo diablos saldrá Rocanegras del lío en que se encuentra metido para poder continuar su vida de galante aristócrata criollo.

Y estoy leyendo ahora:

El Globo de Colores, de Arturo Uslar Pietri
Libro de ensayos sobre viajes, que incluye: La Tierra de Nadie, texto imprescindible para comprender a Nueva York -sobre todo para los que amamos esa ciudad- y sorprendentemente vigente a pesar de haber sido escrito en 1950.

miércoles, 30 de abril de 2008

Courage in Crisis



When dark times come by
hearts would faint,
hope would die
and we fear what’s next and
new


But joy and glory
await the one
who’s faithful, brave and
true


AP

domingo, 20 de abril de 2008

Noche de novela





Llegar a casa de nuestra amiga Mercedes Zapata y su esposo John en las afueras de Caracas fue toda una odisea, pero valió la pena desafiar el tráfico inclemente de una noche de viernes en una cola que me recordaba por momentos el cuento de Cortázar: “La Autopista del Sur”.

Nuestro esfuerzo se vio recompensado por la sabrosa comida antioqueña con que nos obsequiaron los amables anfitriones Mercedes y John, quienes constituyen el verdadero ejemplo de la integración colombo-venezolana.

La velada literaria fue capaz de atenuar el más fuerte guayabo laboral y nos hizo olvidar el estrés de la semana, bajo el embrujo de la luna llena que iluminaba el lago de Miriam y las canciones de la inolvidable Edith Piaf, el jazz de Louis Armstrong y el bossa nova de Vinicius de Moraes.

¡Gracias, Mercedes! ¡Que se repita!

En las fotos:
El profe Santaella con sus alumnos del Taller de Novela, Miriam y Viviana en amena conversa y Luis Guillermo y yo.

domingo, 13 de abril de 2008

Fifty-fifty


Enza marcaba cada paso con sus gastadas sandalias mientras se dirigía apresurada hacia la Avenida Urdaneta. Tenía que ir al banco a buscar los reales que al fin le había depositado Hilario para pagar el colegio de Yayita. “¡Ese miserable!”, pensaba con cada paso y cada esquivar de huecos, alcantarillas hediondas y los infaltables indigentes echados en la calle que no despertaban ni con el alboroto de La Candelaria a media mañana en un día de pago.

La cola del banco era interminable. Enza se quejó con todo el que quisiera oírla sobre la lentitud de los cajeros, la inoperancia de los bancos y la ineficacia del gobierno. Le dieron el efectivo y salió más veloz aún hacia el lado sur de la avenida buscando cruzar la calle para llegar al otro banco y hacer el dichoso depósito, antes de que notaran su ausencia en la oficina. El nuevo jefe era un fanático de la puntualidad y si te descubría unos minutos fuera, capaz que te los descontaba del escuálido sueldito.

Pero antes de que se atreviera a sortear los vehículos que serpenteaban la Urdaneta, sintió la punta de un chuzo en las costillas y escuchó una voz adolescente: “Mamita, dame la caltera y te quedas quieta o te palto en dos”. Y ahí fue cuando Enza hizo todo lo que los manuales de seguridad desaconsejan: se volteó con rapidez gatuna y le dio una patada entre las piernas al jovencito del chuzo, emulando a las películas de Bruce Lee que había tenido que aguantar todos los sábados en la tarde en veinte años de mártir-monio con el condenado de Hilario.

Cuando vio al malandro, un flaquito insignificante, que rojo de dolor se sobaba la entrepierna acostado al borde de la acera, por primera vez en años se sintió poderosa: “Pero que te crees tú, piazo de pendejo, que me vas a terminar de joder a mí, ya bastante tengo con el coñoemadre de Hilario, que después del divorcio me dejó en la calle y encima lo tengo que obligar todos los meses a que me pague el colegio de Yayita; y también me tengo que calar todos los caprichos de la carajita, que será muy hija mía y todo, pero es tremenda malcriada, se antoja de todo lo que ve en el Sambil; además, me tuve que poner a trabajar después de años echada como una marmota en mi casa y el sueldito ese de vendedora no me alcanza para nada; para colmo, en la oficina hay rumores de daonsaising, como dicen los que se la dan de hablar inglés, pero en perfecto criollo eso significa reducción de personal y qué me pasará a mí si me quedo sin chamba, cómo coño le voy a pagar los caprichos a mi muchachita y a mí misma, porque una también tiene sus antojos; todavía estoy joven y si termino de rebajar estos 19 kilitos que tengo de más y me hago las lolas todavía puedo levantar, no te creas que soy una vejuca sin futuro; estoy limpia, pero tengo potencial, ya me lo dijo mi prima, la que me lee las cartas y se las da de esotérica, hasta me anunció que me iba a salir un frilance; qué manía esa de decir todo en inglés; yo ya no sé si creerle, aunque últimamente no le creo ni al maricón de la tele, imagínate, esta mañana salió con que hoy se le abrirían nuevas fuentes de prosperidad a todos los Libra y yo lo único que me encuentro es un muerto de hambre como tú, que quiere terminar de joderme”.

Los gritos de Enza se mezclaban con el corneteo, las nubes tóxicas de los tubos de escape de las camionetas y la brusca acelerada de las motos; los apurados transeúntes apenas les dirigían unas miradas entre la indiferencia y el recelo característicos del caraqueño.

-¡A mí no, pendejo, cómo se te ocurre asaltar a una limpia! –concluyó Enza, mientras agarraba al muchacho por el cuello de la franela y de un tirón de su poderoso brazo lo volvía a plantar de pie en la avenida.

De repente, bajó la voz y casi le susurró al oído, señalando a una rubia teñida, de alto copete y con pinta de abogada de ministerio: “¡A una como esa es a la que tienes que asaltar!”. Y sin mediar más palabras, le arrebató la cartera, una Louis Vuitton auténtica, a la mujer, que huyó despavorida. Acto seguido se la lanzó al incrédulo malandro. El chamo la abrió y consiguió un fajo de billetes que logró espabilarle el pasón mañanero.

-Coño, señora, gra-gracias –balbuceó.

Enza, por primera vez, sonrió condescendiente:

- De nada, chamo, pero... vamos fifty-fifty – dijo, ya reconciliada con el idioma inglés y a punto de descubrir su vocación secreta y la nueva fuente de prosperidad que le había diagnosticado el horóscopo esa inolvidable mañana.

domingo, 30 de marzo de 2008

Aventura en los Morros de San Juan








En el estado Guárico, justo en el centro-norte de mi país, se encuentran unas curiosas formaciones que rompen la monotonía del paisaje llanero. Son Los Morros de San Juan, un par de macizos que han prestado su nombre a la capital del Guárico y se han convertido en meta de excursionistas y escaladores.

Se cree que esta singular formación rocosa está conformada por antiguos arrecifes coralinos erguidos en una extraña posición, la cual tomaron como resultado de la presión ejercida por la Placa del Caribe contra el Escudo de Guayana, cuando se estaba desarrollando la Serranía del Interior.

Los morros tienen una vegetación dominante de sabana, chaparrales, estepas de gramíneas y praderas secas, así como pequeñas proliferaciones de bosque montano a su pie, con arbustos y cardonales. El paisaje de sabana de la zona constituye el portal de entrada a los llanos venezolanos.

El morro mayor tiene una altura de 1060 metros sobre el nivel del mar. La temperatura promedio oscila entre 28° y 30° C. En 1949 un decreto los convirtió en el Monumento Natural “Arístides Rojas”, el cual abarca ambas cimas y una zona de protección de 1630 hectáreas a su alrededor.

El dictador Juan Vicente Gómez mandó construir en 1929 un faro en el morro mayor, el cual guiaba a los llaneros que pastoreaban de noche. Con el advenimiento de la navegación aérea, el faro también sirvió por mucho tiempo como referencia a los pilotos de los primeros aviones que surcaron nuestros cielos.

Para subir al faro se construyeron, igualmente, una serie de escaleras metálicas que han resistido el paso del tiempo y permiten a los excursionistas que desafíen el vértigo ascender a la cima máxima en aproximadamente una hora.

El lugar también resulta ideal para los amantes de la escalada en roca. Cuenta con diferentes rutas de variada dificultad y en la ciudad de San Juan se pueden encontrar escuelas de escalada que ofrecen entrenamiento y traslados para la práctica de este deporte. En la zona también funcionan escuelas de parapente y es frecuente observar durante los fines de semana a los deportistas, quienes planean en sus coloridos vehículos de vuelo libre cerca de los morros.

Para aquellos que prefieran opciones menos arriesgadas es recomendable visitar en las afueras de la capital de Guárico las aguas termales del lugar, alabadas hace un par de siglos por el sabio Alejandro de Humboldt. Son poseedoras de un alto contenido de sulfato y muy reconocidas por sus poderes curativos.

Desde Caracas se llega a la zona por la Autopista Regional del Centro, tomando luego de La Encrucijada la vía Cagua-Villa de Cura-San Juan de los Morros. El Monumento Natural “Arístides Rojas” se encuentra luego de pasar esta ciudad.

Fragmentos de mi diario
12 de junio de 2005

“Debido a lo empantanado del camino por las recientes lluvias, el autobús no nos pudo acercar mucho a la base de los morros y tuvimos que caminar una media hora hasta la entrada. Allí comenzó la subida hasta llegar a la pared, lo cual logramos cerca de una hora después.

Entonces comenzó lo bueno. Para subir al faro se colocaron en los años veinte (¡del siglo pasado!) una serie de escaleras metálicas que facilitan el ascenso. El camino estaba lleno de barro y se puso muy resbaloso, debido a una molesta lluvia que se presentó cuando estábamos a mitad del recorrido. Continuamos nuestro ascenso con mucha prudencia y ayudándonos unos a otros. Fuimos contando las dichosas escaleritas y en total resultaron: ...¡21! No recordaba que fueran tantas la primera vez que subí, hace siete años. Esta vez, con el barro y la lluvia, fue mucho más emocionante. Las primeras escaleras no son tan largas y están casi horizontales, pero a mitad de camino la cosa se pone interesante con escaleras cada vez más altas, de unos 20 escalones, y completamente verticales.

En una hora llegamos a la cima. Entonces, bajo el típico sol llanero de la una de la tarde, tuvimos nuestra recompensa. A nuestro alrededor se podía observar claramente la ciudad de San Juan de los Morros, los llanos centrales de Guárico, el morro más pequeño y a lo lejos, la Cordillera de la Costa. Todo era nítido y hermoso, el paisaje aparecía completamente prístino y con todos los tonos de verde que la naturaleza regala tras las lluvias”.

jueves, 20 de marzo de 2008

Edith y Marion se funden en La Vie en Rose



Si uno quiere saber por qué Marion Cotillard ganó el Oscar, el Bafta, el César y el Globo de Oro por su interpretación como Edith Piaf, basta ver unas cuantas escenas de la película: “La Vie en Rose”.

La Cotillard supo encarnar el alma torturada de la más famosa cantante francesa de todos los tiempos. Fue un gran reto para esta joven de 32 años. Y lo logra a la perfección. Desde el principio del film uno se olvida que está viendo a una actriz interpretando a otra gran artista. El espectador no sabe si la que canta y sufre en pantalla es más real y humana que la misma diva, a la que nuestra generación solo conoce como referencia, como el icono de una época y un sentir muy particular de Francia. Edith Piaf fue la cantante-objeto-símbolo de intelectuales y artistas, así como del pueblo llano y logró imponerse en el mundo como el estandarte de la vida bohemia parisina.

En el film uno descubre y disfruta la vida y canciones de la diva y se asombra con la caracterización de Marion Cotillard desde la adolescente cantante-mendiga, pasando por la mujer enamorada y a ratos feliz hasta la enferma terminal que acusa el deterioro físico de una vida extrema entre las privaciones y los excesos. Todo en la vida de Edith Piaf fue intenso: su infancia, sus amores, su dependencia de las drogas, su extraordinario talento. Y la película es fiel a esta realidad.

Por su parte, Marion Cotillard proviene de una familia de artistas, ya había ganado en el año 2005 el César (equivalente al Oscar en su país) por su actuación en Largo Domingo de Noviazgo.

La Vie en Rose está dirigida por Olivier Dahan. En el reparto también actúan Silvie Testud, Pascal Greggory y Gerard Depardieu.

Una película imperdible.

lunes, 17 de marzo de 2008

Eva, la resignada


La foto que dio la vuelta al mundo la semana pasada es por demás reveladora. El gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, dimite públicamente luego de comprobarse sus estrechos y continuos vínculos con un servicio de prostitución. Spitzer está acompañado por su esposa Silda y es ella quien ocupa mi atención.

Como le tocó a Hillary Clinton hace algunos años, ahora es Silda quien esconde la vergüenza, el rencor y la rabia para “apoyar” a su esposo, padre de sus tres hijas y otrora modelo de rectitud.

Silda baja los ojos y desvía la mirada. Seguramente nunca imaginó ser protagonista de semejante y dolorosa exposición pública de su vida privada.

Por su parte, el gobernador aprieta los labios en un gesto tan ambiguo que bien pudiera significar: “Ooops!, me cacharon!” o ... un verdadero arrepentimiento.

La diferencia con el caso de los Clinton es evidente. Hillary de seguro tragó grueso y pensó en capitalizar el suceso para su futura carrera política. Lo más probable es que Silda nunca haya ambicionado dirigir los destinos de su poderosa nación. Sus anhelos han sido más bien modestos: ser la esposa ejemplar y madre abnegada de las hijas del gobernador. Por eso, el dejo de desconsolada tristeza que la toma por sorpresa. Por eso, la decisión de pasar el trago amargo porque era lo que se esperaba de ella.

Esta foto y el hecho en sí de la renuncia de Spitzer sugieren otras interrogantes que se multiplican según los diferentes puntos de vista.

¿Qué hubiera pasado si el caso hubiese sido al revés y Silda hubiese sido sorprendida en los brazos de un chulo? ¿Su esposo la hubiera apoyado públicamente? ¿Que la doña se resigne y ponga la otra mejilla es el mejor ejemplo para las tres hijas del matrimonio en trance de naufragio? ¿Es también ejemplo para la sociedad? ¿El deber se impone sobre la autoestima y el honor?

Silda mira hacia un lado, suspira y se resigna. Es, sin duda, lo que todos esperan de ella. Quizás Silda recuerde –en el improbable caso en que la hubiera escuchado alguna vez- una estrofa de la Samba da Bencao (Samba de la Bendición) del poeta brasilero Vinicius De Moraes. Dice así:

“Uma mulher tem que ter qualquer coisa além da beleza
“Una mujer tiene que tener cualquier cosa además de belleza

Qualquer coisa de triste, qualquer coisa que chora
Cualquier cosa de triste, cualquier cosa que llora

Qualquer coisa que sente saudade
Cualquier cosa que siente nostalgia

Um molejo de amor machucado,
Un balanceo de amor herido

Uma beleza que vem da tristeza de se saber mulher,
Una belleza que viene de la tristeza de saberse mujer,

Feita apenas para amar, para sofrer pelo seu amor
Hecha apenas para amar, para sufrir por su amor

E para ser só perdão”
y para ser sólo perdón”

Esa estrofa de esta samba, como toda la obra de Vinicius, es hermosa, pero creo que nunca ha sido cuestionada. Ese destino de dolor, sufrimiento y resignación no me cuadra, no me termina de convencer. Si las mujeres hubiéramos nacido para sufrir no sólo tendríamos inmunidad ante el dolor sino quizás, menos corazón y más indiferencia.

Todos esos rencores mal disimulados desembocan irremediablemente en enfermedades, depresiones, insomnios o algo peor.

Para mí, una rabia bien expresada es la que permite sanar, reconstruir y luego continuar con esta tarea compleja y hermosa que es la vida.

Cero resignación.

viernes, 14 de marzo de 2008

La Casa de Papel

Definitivamente la calidad no está necesariamente ligada a la cantidad. Las 71 páginas de este breve relato lo confirman. “La Casa de Papel”, del argentino-uruguayo Carlos María Domínguez, es una bella historia sobre los libros y sus efectos –malsanos y sublimes, devastadores y enriquecedores, contradictorios, pero siempre contundentes- para quienes viven por y para ellos.

Los lectores empedernidos, los aprendices de escritores y todos aquellos que aprecien los libros lo suficiente como para invertir un tiempo importante de sus vidas en la lectura disfrutarán de esta pequeña joya muy bien escrita en nuestro idioma.

El argumento es (¿o parece?) sencillo. Una profesora inglesa es atropellada por un auto mientras caminaba distraídamente, hojeando unos poemas de Emily Dickinson. Varios días después, el colega que la sustituye en su cátedra recibe un singular libro destinado a ella. La historia se desarrollará cuando el colega viaje en busca del enigmático Carlos Brauer, el amante ocasional de la profesora desaparecida en tan extrañas circunstancias.

La prosa poética y meticulosa de Domínguez nos lleva por un viaje circular que pasa por el descubrimiento de la luminosa locura del hombre que construye una casa de papel.

Carlos María Domínguez es un autor reconocido en el cono sur; este relato le ha valido numerosos premios nacionales e internacionales y ha sido traducido a 18 idiomas.

Una joya para leer y releer al amparo de tu biblioteca personal.

sábado, 1 de marzo de 2008

Ayer, hoy y mañana (De Sica, 1963)


Uno de los máximos exponentes del neorrealismo italiano, Vittorio De Sica (también uno de mis directores preferidos) es el artífice de esta inolvidable comedia muy italiana, protagonizada por la pareja emblemática formada por Sofía Loren y Marcello Mastroianni.

La película, ganadora del Oscar en 1964, consta de tres historias completamente independientes. La primera cuenta como una vendedora de cigarrillos logra esquivar una multa durante años valiéndose de un subterfugio legal: las leyes italianas no permiten poner presa por un delito menor a una mujer embarazada o en período post-parto. Así que cada año Adelina trae un nuevo “ragazzo” al mundo, hasta que su marido queda agotado y no puede cumplirle, generando un divertido conflicto en la pareja.

El segundo episodio toma al principio ribetes de drama al relatar el conflicto de una rica mujer de sociedad y su pasión por un interesante periodista de clase media. Al final, la diferencia de clases y la frivolidad de la dama se imponen con un rompimiento caricaturesco, como si De Sica se hubiera arrepentido del tono con el que comenzó esta historia en particular.

El último relato nos trae un personaje más estereotipado, la típica prostituta de “corazón de oro” que realiza su buena acción del día al ayudar a su moralista vecina a que su nieto siga en el seminario.

En las tres historias destaca la capacidad camaleónica de los protagonistas. Logran dar vida a personajes muy diferentes y, para mi sorpresa, Mastroianni se luce especialmente en el tercer relato, como el mediocre funcionario “hijito de papá”, llevado por la lujuria. Por cierto, en esta última hay una famosa escena de strip tease, de la Loren que al parecer provocó infartos en su época. Hoy en día, luce casi inocente y muy divertida.

Son tres historias originales, quizás algo ingenuas si seguimos los estándares actuales, una pertenece al dramaturgo Eduardo De Filippo, otra se basa en un texto de Alberto Moravia, pero las tres, forman un conjunto inolvidable que retrata muy bien a la mejor comedia italiana de los años sesenta.

Si te gustan los clásicos, el humor, las buenas actuaciones y el cine de Vittorio De Sica, la disfrutarás tanto como yo.