jueves, 15 de mayo de 2008

Lecturas recientes




Una de esas gripes horrorosas que tumban con todo y fiebre incluida me obligó a recluirme en casa por unos días. Para hacer más llevadera la recuperación me acompañé con los siguientes libros:

Una pantera en el sótano, de Amos Oz
Uno de esos relatos que te reconcilia con la lectura. Reflexión, belleza y poesía en el verano del joven protagonista y su descubrimiento de la verdadera amistad más allá de los vaivenes políticos.

Diez negritos, de Agatha Christie
Diez invitados a la remota Isla del Negro van desapareciendo en extrañas circunstancias. En la mejor tradición inglesa del relato de suspenso, esta corta novela te mantiene aferrado a sus páginas con la infaltable pregunta: ¿Quién carrizo es el asesino y por qué? Doña Agatha teje la asombrosa trama con su acostumbrada maestría. Por algo la llamaban la Reina del Misterio.

Oficina No. 1, de Miguel Otero Silva
Relectura de una obra fundamental de este narrador anzoatiguense. Sigue la sufrida vida de Carmen Rosa, el personaje mítico de Casas Muertas, esta vez en la fundación de El Tigre (o San Tomé, nunca me quedó claro) de la mano del boom petrolero de los años 30-40.

Arráncame la vida, de Angeles Mastretta
Este es un bolero aderezado con ranchera mexicana, abundantes dosis de machismo, revolución zapatista, corrupción del PRI y un toque de feminismo de la primera mitad del siglo XX. .. Bueno, se deja leer completico en un día de lluvia.

Rocanegras, de Fedosy Santaella
Otra relectura, ahora más sosegada, de este policial del profe Santaella, donde el lector corre ávidamente por sus cortos capítulos preguntándose cómo diablos saldrá Rocanegras del lío en que se encuentra metido para poder continuar su vida de galante aristócrata criollo.

Y estoy leyendo ahora:

El Globo de Colores, de Arturo Uslar Pietri
Libro de ensayos sobre viajes, que incluye: La Tierra de Nadie, texto imprescindible para comprender a Nueva York -sobre todo para los que amamos esa ciudad- y sorprendentemente vigente a pesar de haber sido escrito en 1950.

1 comentario:

Níyume dijo...

Aurora , lamento saber de tu malestar , pero me alegra que te encuentres tan activa como de costumbre.
Un abrazo , y si, te debo las fotos y los cuentos del viaje, pero eso merece un café o una tarde de ensaladas.