lunes, 23 de julio de 2007

Suite Francesa: el Poder de las Palabras



En julio de 1942, justo unos minutos antes de ser arrestada para ser deportada hacia un campo de concentración, la escritora judía Irene Nemirovsky le dio a su hija Denise, entonces de 12 años, una carpeta de cuero llena de papeles y le pidió que se los cuidara porque ella se iba a un largo viaje.

Irene nunca regresó. Su hija guardó por muchos años esos papeles sin saber que cuando los leyera, muchos años después, estaría en presencia de un descubrimiento maravilloso: el poder de las palabras.

Irene Nemirovsky, la madre de Denise, nació en Rusia en 1903, en una familia judía de clase media alta. Con la llegada de la revolución comunista, la familia huye hacia Francia. Irene se dedica a escribir y publica su primera novela a los 26 años. Se casa con el banquero Michel Epstein, tienen dos hijas y sigue publicando novelas exitosas durante los años 30, ya convertida en una intelectual reconocida en su país adoptivo.

Pero en 1939 estalla la Segunda Guerra Mundial y ante el avance de los nazis hacia Francia, todos los judíos se encuentran en peligro. Los alemanes ocupan París. Irene, su esposo y sus hijas huyen al interior de Francia.

La escritora, por ser una figura pública, es reconocida y arrestada. Su esposo Michel hace miles de gestiones para tratar de liberarla y al final, también es apresado. Ambos mueren en el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia. Mientras tanto, las pequeñas hijas de la pareja, de 12 y 5 años, respectivamente, viven miles de peripecias huyendo de los nazis, bajo la protección de la familia de su nana.

Cuando la guerra termina, las niñas son adoptadas, crecen, se casan y forman sus propias familias. Aunque conserva los papeles de su madre, Denise posterga el momento de leerlos porque le resulta muy doloroso. Pasan 10, 20, 30, 40 , 50 años y es a mediados de los 90, cuando ya Denise es una abuela, que se atreve a leerlos y descubre algo maravilloso: los viejos papeles de la carpeta de cuero contenían una novela, la última escrita por su madre y que tituló: Suite Francesa. El tema: la vida de parisinos de diferentes clases sociales a quienes les toca huir de los alemanes, en plena II Guerra Mundial. Fue escrita en diversos trozos de papel, porque en la guerra escaseaba este material. Es una novela hermosa, conmovedora, muy realista; la autora simplemente tomó lo que estaba sucediendo y lo plasmó en unos personajes.

Denise llevó los textos a una editorial y la novela se imprimió y fue un suceso de ventas. Suite Francesa ganó en el 2004 el premio Goncourt de literatura, siendo la primera vez que un escritor obtiene ese galardón después de haber fallecido.

Es imposible saber si en sus últimos y angustiosos días en Auschwitz, Irene Nemirovsky pudo haber tenido tiempo para pensar en el destino de su obra, pero hoy en día, su hija y sus nietos se encuentran felices de haberla revivido de alguna manera. Denise piensa que al recuperar su obra póstuma, se demuestra que los nazis nunca pudieron realmente acabar con su madre.

Hoy en día los nazis han desaparecido, mientras que la obra Suite Francesa ha sido traducida a más de 30 idiomas y es uno de los libros más vendidos y aclamados por su calidad literaria, lo cual demuestra que la creatividad y el poder de las palabras son más fuertes que la violencia y la injusticia.

1 comentario:

Joseín Moros dijo...

Aurora:
El poder de la pluma sobre la espada es innegable. Lo hiciste ver muy claro.

Saludos!