martes, 21 de diciembre de 2010

La historia de Facebook



No entiendo la alharaca sobre La Red Social, el film sobre el origen de Facebook que ha causado sensación a nivel internacional desde su reciente estreno. Reconozco las buenas actuaciones de los actores principales: Jesse Eisenberg como Mark Zuckerberg, Andrew Garfield (Eduardo Saverin) y Justin Timberlake (Sean Parker). La verdad, esperaba mucho más de esta película de David Fincher.

Reconozco que la historia está bien contada, el interés por la acción no decae, el ambiente en los dormitorios de Harvard está bien logrado, pero algo falta… Uno no logra mayor empatía con los personajes. Se muestran sus acciones, pero su mundo interno resulta un misterio, por momentos el mismo Zuckerberg parece inanimado, robótico, creo que el público conoce muy poco de él si se queda solo con lo que muestra la película.

Como dice la promoción del film: “No puedes llegar a tener 500 millones de amigos sin hacer unos cuantos enemigos”. De eso se trata todo, la competencia entre precoces genios tecnológicos, sus rivalidades, juegos sucios y la ambición como norte para todas sus acciones. Lo mejor: los acelerados y contundentes diálogos escritos por Aaron Sorkin. Ahhh…olvidaba la música, las excelentes pistas (a cargo de Trent Reznor) que acompañan a los personajes. Aunque creo que no es una película que rompe cánones ni sobrevivirá al paso del tiempo, vale la pena verla… sin mayores alharacas.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

De que habla Murakami cuando habla de correr



De muchas cosas.
Fundamentalmente, de sus dos pasiones: correr y escribir novelas.

Haruki Murakami, el escritor japonés contemporáneo más reconocido en occidente, publicó hace algunos años: “De que hablo cuando hablo de correr”, un libro diferente a la prosa de ficción a la que nos tiene acostumbrados y que llega ahora (un poco tarde y a un precio exorbitante, debido a las restricciones cambiarias para textos importados) a las librerías caraqueñas.

¿Es Murakami un escritor que corre o un corredor que escribe? El lector sacará sus propios conclusiones mientras siente que recorre a su lado las riberas del Charles River, ese río caudaloso de Boston que cambia su apariencia con cada estación del año para deleite de los deportistas.

Como buen japonés, el escritor siempre ha sido celoso de su privacidad, pero ahora nos revela algunos detalles sobre su propia biografía. Conocemos al Murakami que regentó un bar por muchos años, al joven que escribe su primera novela y decide cerrar su negocio apostándolo todo a la escritura, al hombre disciplinado y metódico, al artista que transforma sus demonios personales en ficción, al corredor que realiza la ruta desde Atenas hasta Maratón bajo un sol implacable, al adulto maduro que acepta con sabiduría las limitaciones de su cuerpo y corre por placer y gusto.

Murakami nos entrega, probablemente sin proponérselo, reflexiones profundas sobre cómo entrenar para una carrera y sobre el arte de escribir novelas.

Intelectuales y deportistas sabrán valorar este pequeño libro. En las librerías caraqueñas su precio es de Bs. 340. Lo bueno es que lo conseguí (en inglés) por Amazon a 10 dólares.

¡Esa es una de las ventajas de ser bilingüe!

domingo, 21 de noviembre de 2010

Las carreras de Noviembre


Prisa, tráfico y lluvia son una constante en los noviembres de mi ciudad. Los caraqueños atravesamos este mes en una carrera frenética, como si quisiéramos saltar de inmediato hacia diciembre o estuviéramos ansiosos por escapar del año que termina.

Caracas bulle con actividades: exposiciones, ferias prenavideñas, bautizos de libros, estrenos en el cine y el teatro, conciertos… Y lo malo es que las horas no alcanzan para ir a todos lados, cumplir con los compromisos y con el trabajo.

En noviembre, en todos los noviembres agitados de mi vida caraqueña, quisiera que unos versos de Montejo me acercaran a la calma que no encuentro a mi alrededor: “la belleza viaja a una velocidad demasiado fugaz sobre la tierra”. (Eugenio Montejo, en “El Cuaderno de Blas Coll”).

miércoles, 13 de octubre de 2010

Chile y sus líderes: un ejemplo




Hace años Chile sufrió el sarampión comunista de Allende, la sangrienta dictadura de Pinochet y en los últimos tiempos, ha logrado la transición hacia una democracia que admite dos liderazgos disímiles, pero exitosos: el de Michele Bachelet y el de Sebastián Piñera.

La expresidenta y el actual mandatario, a pesar de sus diferencias ideológicas, se han ganado el reconocimiento local y mundial por ser líderes positivos. Ambos han logrado, a su estilo, unir a todos los chilenos sin distinciones de razas ni clases sociales en torno a un propósito común: superar tragedias como el terremoto de principios de año y el confinamiento de los mineros y enrumbar el país hacia el primer mundo.

Los líderes positivos sacan lo mejor de los demás, establecen objetivos comunes y realizables y comparten el éxito.

Chile y sus líderes: un ejemplo.

Comedias sin risas (forzadas)


No sé si es por respetar más al espectador o porque se adaptan a nuevos tiempos desprovistos de artificios, pero en los últimos años he notado que buena parte de las mejores comedias o sitcoms de humor que nos llegan del norte ya no colocan las acostumbradas e irritantes risitas de fondo que parecían dictar al espectador el momento apropiado para manifestar su hilaridad. En comedias como The Middle, Modern Family, pasando por Ugly Betty, Cougar Town y The Office, el espectador decide cuándo un chiste le hace gracia.
¿Será que estas comedias no se graban delante de una audiencia, o que finalmente se impone la naturalidad en el horario estelar (Prime Time TV)?
¡Nada como una buena y espontánea carcajada!

domingo, 22 de agosto de 2010

El sol




Hoy regresé a tus atardeceres,
a la sonrisa luminosa
de tus arreboles,
y me postré otra vez
para adorarte

lunes, 9 de agosto de 2010

Karate Kid (ahora en versión Kung Fu!!!)



Uno no puede negar la simpatía que despierta el joven Jaden Smith, el comprobado y acrobático carisma de Jackie Chan ni las espectaculares tomas de los paisajes chinos, incluyendo la Gran Muralla, pero… algo luce forzado en este “remake” de aquel éxito ochentoso… algo como ese título para una película sobre Kung Fu, o… será que el joven protagonista luce muchas poses, pero sus contendientes sí se ven más auténticos que él en los combates?… en fin… que en el cine comercial siempre es un riesgo la repetición y la imitación… aunque bien puede suceder que el nuevo público de este milenio ni siquiera note la diferencia…!

lunes, 5 de julio de 2010

El Chacal, ahora en miniserie



Este año fue estrenada en el festival de Cannes con bombos y platillos, la mini-serie: Carlos, acerca del famoso terrorista de origen venezolano, Illich Ramírez Sánchez.

La serie de unas 5 horas y media (o más) se basa en una idea original de Daniel Laconte, fue escrita por Olivier Assayas y Dan Franck y dirigida por el mismo Assayas. Esta “biopic” cuenta la historia del Chacal desde 1974, cuando se estrena en el terrorismo en Londres hasta 1994, cuando es detenido en Sudán, desde donde sería trasladado hasta Francia, donde actualmente cumple cadena perpetua por algunos de los crímenes que cometió en territorio francés.

Sin duda, Carlos fue un terrorista muy buscado en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, llegando a protagonizar escalofriantes hechos de violencia, como el secuestro de los embajadores de la OPEP en Viena y muchos otros atentados en Europa.

Según los realizadores, el larguísimo guión se basa en investigaciones periodísticas, lo cual puede ser corroborado fácilmente por cualquiera que se tome la molestia de “Googlear” al personaje. Es una lástima que tanto apego al rigor histórico (aunque el mismo terrorista lo niegue desde la cárcel) impida que el espectador se acerque a una faceta íntima de la vida del Chacal.

En la serie vemos a Carlos desde sus acciones: trafica con armas por toda Europa, planifica atentados, dispara con frialdad, seduce a decenas de mujeres; es violento, machista, ambicioso, audaz y se deja llevar por la vanidad al lograr que su nombre figure en las primeras planas de la prensa occidental… algo que más o menos ya conocemos… pero hay poca o ninguna aproximación a la interioridad del personaje, apenas unas cuantas alusiones a la “lucha por los oprimidos” y otros clichés esgrimidos por los izquierdistas de siempre. Cierto que es una película de acción, pero el público se queda ajeno al mundo interno del hombre que puso a temblar a media Europa en los setenta.

El venezolano Edgar Ramírez personifica a un Carlos mucho más guapo que el original y demuestra sus conocimientos de varios idiomas: francés, inglés, alemán. Nora von Waldstatten es Magdalena Kopp, una de las esposas de Illich Ramírez, también terrorista. Completan el reparto otros actores de diversas nacionalidades: , Alexander Scheer , como Johannes Weinrich, Zeid Hamdan, como Youssef, Christoph Bach es Hans-Joachim Klein; Julia Hummer representa a Gabriele Krocher-Tiedemann, entre otros.

Los realizadores no dejan bien parado a Illich Ramírez Sánchez; sin embargo, paradójicamente, contribuyen a cimentar su fama y a ponerlo de moda nuevamente. El terrorista ha criticado duramente el filme, acusándolo de tergiversar la historia y su “lucha por el pueblo palestino”, pero quizás, en su enorme vanidad, ese señor sesentón y decadente, quien en sus últimas apariciones en los tribunales, luce unos pañuelos al cuello y unos atuendos que recuerdan a un Raúl Amundaray de otros tiempos, muy en el fondo sonríe satisfecho por la inesperada propaganda que lo está dando a conocer a las nuevas generaciones.

martes, 22 de junio de 2010

Un paso



Como se lee en el Tao Te King, “un viaje de mil kilómetros comienza con un paso”. Lo más duro es comenzar, pero una vez que se empieza un nuevo trabajo, una nueva relación, un proyecto muy querido, ese libro que siempre hemos querido escribir o aquella actividad que pospusimos, el secreto está en la constancia. Un paso y otro y otro y otro…

lunes, 31 de mayo de 2010

Fiebre de barajitas




“La tengo, no la tengo”… es el mantra que repiten muchos venezolanos en estos días, en colegios, oficinas, parques y plazas. Es la fiebre del Mundial de Fútbol que ha llegado a través del intercambio de barajitas para llenar el dichoso álbum Panini, que este año vino más gordo que nunca.

En Venezuela carecemos de una tradición futbolística sólida; la Vinotinto no ha pasado de ser un “bluff” que no termina de dar resultados contundentes; el béisbol parece desplazar cualquier otra preferencia deportiva de las masas.

Pero… cada cuatro años ocurre un milagro; por un par de meses los venezolanos no hablamos de otra cosa que no sea fútbol. Cada vez que hay un Mundial nos convertimos en hinchas de cualquier equipo que juegue como quisiéramos jugara el nuestro.

A la fiebre mundialista contribuyen los miles de coleccionistas de las barajitas, comercializadas por la empresa Panini, con una exitosa estrategia de mercadeo que incluye la entrega gratuita del álbum en las ediciones dominicales de los periódicos de mayor circulación.

La inflación y el precio no han logrado detener la fiebre. En calles y plazas, venezolanos de todas las edades intercambiamos los cromos; por unos instantes, somos capaces de ser amables y compartir espontáneamente con extraños; sabemos ser buenos vecinos y ciudadanos. ¿Por qué hay tantos adultos en estas entusiastas reuniones de intercambio? Detrás del argumento de acompañar a los más pequeños de la casa, puede esconderse el niño o la niña que fuimos, ávid@ por recuperar retazos de su infancia.

miércoles, 26 de mayo de 2010

It's complicated


Cuando uno se quiere alejar de las intensidades de la realidad nacional y de la vida cotidiana, nada mejor que sumergirse en una buena comedia... solo digo buena, ni siquiera excelente, pero capaz de provocar risas y evasión por casi dos horas.

De eso va “It’s complicated”, terriblemente traducida al español como “Enamorándome de mi ex”. La película, dirigida y escrita por Nancy Meyers, tiene a tres protagonistas de lujo: Meryl Streep, Steve Martin y Alec Baldwin. “It’s complicated” narra las vicisitudes que se le presentan a una madre de familia divorciada cuando se convierte en la amante accidental de su ex-marido.

Jane es la exitosa dueña de una panadería en Sta. Bárbara, California. Se lleva bien con Jake, el padre de sus hijos, quien está casado con una mujer más joven, pero al encontrarse en el mismo hotel en la graduación del hijo varón en Nueva York, viven una inesperada, clandestina y deliciosa “reincidencia”. Jane se encuentra así en una situación en la que ahora ella es “la otra”, a lo cual se suma el interés que comienza a surgir entre ella y Adam, un atento arquitecto que la pretende.

Es la clásica comedia de enredos, malentendidos y situaciones graciosas por las que pasan los antiguos esposos, ahora como clandestinos amantes. Jane debe tomar una decisión: regresar con su ex, por quien aún siente pasión o cerrar el pasado y abrirse a una nueva relación con Adam. Una película que demuestra como las complicaciones y contradicciones del amor también alcanzan a los “maduritos”.

jueves, 6 de mayo de 2010

Nature Fashion Show






Primero, asustada; después, algo inquieta y finalmente, curiosa, la ardilla aceptó posar para este pequeño Nature Fashion Show.

jueves, 22 de abril de 2010

Saint Jordi ya está aquí




El 23 de abril es el Día del Libro. Celebro esta fiesta de las letras, recordando algunas de mis grandes lecturas:

- Un libro memorable: "La Tuna de Oro", de Julio Garmendia.
- Un libro memorioso: "Ficciones", de Jorge Luis Borges.
- Un libro entrañable: "El Arpa de Hierba", de Truman Capote.
- Un libro de aventuras: "Huckleberry Finn", de Mark Twain.
- Un libro erótico: "Kamasutra".
- Un libro fantástico: "La Historia Interminable", de Michael Ende.
- Un libro triste: "Suite Francesa", de Irene Nemirovsky.
- Un libro inolvidable: "El Corazón de las Tinieblas", de Joseph Conrad.
- Un libro de la infancia: "Grandes Esperanzas", de Charles Dickens.
- Un libro gótico: "Criaturas de la noche", de Israel Centeno.
- Un libro sobre montañismo: "No Picnic on Mount Kenya", de Felice Benuzzi.
- Un libro biográfico: "The Wildest Dream: The Biography of George Mallory", de Peter and Lenni Gillman.
- Un libro espiritual: "Camino de Santiago: Viaje al Interior de uno mismo", de Juan Antonio García Monge y Juan Antonio Torres Prieto.
- Un libro de humor: "Groucho y yo", de Groucho Marx.
- Un libro indispensable: "Infancia del Mago", de Hermann Hesse
- Un libro sobre libros: "La Casa de Papel", de Carlos María Domínguez.

miércoles, 21 de abril de 2010

Carta del Jefe Indio Seattle




Siempre vigente, especialmente en el Día de la Tierra, la carta que el Jefe Indio Seattle le escribiera al presidente de Estados Unidos, Franklin Pierce, como respuesta a su oferta para comprar las tierras de su tribu.


El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis palabras son inmutables como las estrellas.

¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.

Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. "Por eso, cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras tierras. Más, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre.

Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a cualquier hermano.

Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras de sí solo un desierto.

No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado por la fragancia de los pinos.

El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras, debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.

Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo como el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir también al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí.

Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el suelo se escupen a sí mismos.

Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia.

Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él -de amigo a amigo-, no puede estar exento del destino común. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios.

Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia....

viernes, 16 de abril de 2010

Honor a una gran venezolana



Presentación de la biografía: Cecilia Pimentel, en El Nacional, el 13-04-10


Buenas noches.

Además de agradecer las generosas palabras de Pancho Villalba Pimentel, sobrino de Cecilia Pimentel, así como su presencia y estímulo, quisiera hacer un reconocimiento a la Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional y la Fundación Bancaribe, en las personas de Miguel Henrique Otero, Carlos Hernández Delfino y Simón Alberto Consalvi.


Ellos , a través de las instituciones que dirigen, han tenido la iniciativa de publicar esta colección de biografías que tienen la virtud –en mi opinión– de elevar la autoestima del venezolano, al recordarnos que tenemos recursos humanos invalorables que han estado a la altura de los desafíos de nuestra historia.

Cuando comencé a investigar sobre la vida de Cecilia Pimentel ya tenía un conocimiento previo sobre sus logros, principalmente en el área de servicio social a los leprosos y confiaba también en los recuerdos familiares, los recuerdos de mi infancia, en la cual estuvo presente Cecilia, por ser ella vecina y amiga de mis padres y de mis abuelos.

La pequeña casa de Cecilia Pimentel en Puente Hierro estaba siempre abierta, tanto para sus amigos y vecinos, así como para artistas, intelectuales, políticos y, sobre todo, para sus queridos enfermos.

En su estudio, Cecilia tenía una enorme máquina de escribir, numerosos libros y documentos, principalmente sobre la lepra, así como libros sobre historia de Venezuela. Era su lugar de trabajo, donde organizaba campañas para recabar fondos para sus obras sociales, donde se reunía con sus colaboradores y planificaba numerosas actividades. Era –también– el sitio donde recibía a sus invitados, a los periodistas y a todo aquel que manifestara interés en colaborar con sus obras.

A ambos lados de su casa, estaban las viviendas de sus dos hermanas: Doña Clara Pimentel de Villalba y doña Melicia Pimentel de Loero. Las tres hermanas Pimentel permanecieron toda la vida tan unidas como en su juventud, compartiendo las penurias y las alegrías, como hacen las familias con profundos vínculos afectivos. El clan de los Pimentel Agostini, como bien decía Cecilia, al referirse a su familia, se distinguió siempre por una natural inclinación hacia las manifestaciones culturales, así como hacia la solidaridad entre sus miembros, solidaridad que extendían hacia la sociedad venezolana.

Cuando me propuse la tarea de escribir la biografía de Cecilia Pimentel, y comencé a investigar datos sobre su vida, se me revelaron sorprendentes facetas que hasta ese momento no conocía. Con cada visita a una
biblioteca, con cada artículo descubierto en los periódicos amarillentos de diversas hemerotecas, se me fueron revelando los diferentes matices de una vida muy rica en la capacidad de dar y darse al prójimo, teniendo siempre como norte el amor por su patria: Venezuela.

Durante mi investigación pude comprobar que Cecilia fue –quizás sin jamás proponérselo- un personaje trascendente para el país, cuyas acciones estuvieron, de una manera discreta, relacionadas con la promoción de cambios muy importantes en el devenir de nuestra historia.

Fue criada en un hogar sólido, con padres que estimularon en Cecilia y sus hermanos el amor por las letras y las artes, además de valores como la honestidad, la integridad y la lealtad familiar.

Descendiente de ilustres ancestros y próceres de la Independencia, Cecilia y sus hermanos fueron conscientes desde una edad muy temprana de pertenecer a una familia de gran arraigo en la sociedad venezolana y quizás por ello, cuando la dictadura del General Juan Vicente Gómez se tornó más déspota y sanguinaria, ninguno de los hermanos dudó un instante en asumir lo que consideraban como un deber natural: luchar por instaurar los valores democráticos en una Venezuela enferma de caudillismo y atraso.

Cuando los hermanos varones de Cecilia –Tancredo, el capitán Luis Rafael y el inolvidable poeta y periodista Francisco Pimentel- cumplieron años de injusta prisión en La Rotunda y en el Castillo de Puerto Cabello, ella asumió el liderazgo de la familia, soportó con estoicismo los años en que la sociedad venezolana, rendida ante el dictador, les dio la espalda. Trabajó para mantener el hogar, escribió en la prensa clandestina, mantuvo unidos a los suyos, ofreció palabras de aliento a los familiares de los estudiantes y de otros presos políticos.

Cuando sucumbió el régimen gomecista y fue llamada por el Dr. Enrique Tejera Guevara, para hacerse cargo de la asistencia social a los leprosos, nuevamente se pusieron de manifiesto el sentido del deber y la generosidad de Cecilia Pimentel. Ante la inmensidad de la tarea encomendada, sin dudarlo, ofreció lo mejor de sí, se entregó a investigar y a emplear los métodos más modernos, en esa época, en materia de asistencia social para ayudar a mejorar la calidad de vida de los enfermos más rechazados por la sociedad.

Como si en cada enfermo, como si en cada niño o anciano marginado por sus semejantes viera el rostro de un hermano, de un conocido al cual fuera
imposible negarle una mano solidaria. Justamente, en el rechazo al que la sometió la sociedad en los tiempos de Gómez, encontró Cecilia Pimentel la inspiración para hacer todo lo contrario con los marginados y los enfermos.

Mejoró las condiciones de vida de los afectados por el Mal de Hansen, fundó casas hogares y escuelas para los hijos de los leprosos, contribuyó a establecer centros de asistencia para ancianos, reunió y atrajo simpatías hacia su obra por parte de venezolanos de todos los estratos y creencias. Sus esfuerzos lograron justo reconocimiento internacional al ser publicado en América Latina su informe sobre las condiciones sociales de los leprosos. Recibió el título de Mujer de las Américas 1959, galardón que aceptó honrada, como tributo a las luchas sociales de la mujer venezolana.

En el ámbito intelectual, resulta imprescindible su libro: “Bajo la tiranía: 1919-1935”, donde describe las penurias de los presos políticos, de los estudiantes y de una serie de familia indomables, que sobrevivieron con dignidad a una época terrible, dominada por la barbarie de un caudillo y la complicidad de una sociedad amedrentada. Fue también una inquieta colaboradora de diarios y revistas, pero fue, sobre todo, una mujer de acción. Así la describieron quienes la conocieron de cerca.

Ella fue la clase de persona que no titubeó un instante para hacer lo que las circunstancias que estaba viviendo su entorno, lo que ella consideraba su deber, le demandara.

Cecilia Pimentel, con su ejemplo, nos muestra que las soluciones a los problemas se encuentran en nuestras manos. Nos recuerda que mediante el camino de la solidaridad y la esperanza, puestos en acción, es posible motorizar los cambios que anhelamos y que es posible vivir una vida plena, al trabajar teniendo como propósito el bien colectivo. La vida de Cecilia Pimentel es un ejemplo del poder de los valores cívicos, puestos al servicio de los más nobles ideales.

Por su presencia y atención, muchas gracias.

martes, 6 de abril de 2010

My favorite shoes


No son precisamente los Manolo Blahnik por los que delira Carrie Bradshaw, una de las heroínas de Sex and the City…

Apenas la lluvia se apodera de mi entorno, no hay nada más cómodo y seguro que estos antiguos botines Timberland comprados en Pittsburgh en diciembre del 94; su superficie de Goretex los hace completamente impermeables y resistentes a nieve, agua, humedad y hasta al olvido en el fondo del closet durante la mayor parte del año.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Caracas sin azules


Cuando veo esta imagen tan querida de mi cerro, enmarcada por los chaguaramos del Parque del Este, no puedo dejar de preguntarme si regresarán alguna vez los cielos azules a mi ciudad.

Ya son casi dos meses desde que la calina o calima (¿cuál será el verdadero nombre?) se ha apoderado de nuestros espacios, nuestra mirada y nuestros pulmones. Esa extraña neblina que engaña la vista y contribuye a multiplicar los dígitos de la temperatura se impone ante al desconcierto de los caraqueños.

Familias enteras huyen durante los fines de semana hacia la costa, hacia ese frente marítimo de la ciudad que es el litoral guaireño, para disfrutar por un par de días de una atmósfera limpia y luminosa. Al regreso, los domingos en la tarde, el encanto se rompe y vuelven a sentir la opresión de una ciudad detenida en el tiempo. Casi no hay viento, en ocasiones se hace imposible distinguir algo más allá de los cien metros, vivimos en una nube artificial que nos arropa.

¿Hasta cuándo?

domingo, 7 de febrero de 2010

Invictus: un líder para todos


“Este país está hambriento de grandeza”, dice Nelson Mandela, en una secuencia de la película Invictus. Se refiere a la Sudáfrica de mediados de los 90’s, cuando se estrenaba como el primer presidente negro en una nación aún dividida por los rezagos del apartheid.

En Invictus (dirigida por Clint Eastwood y con las excelentes interpretaciones de Morgan Freeman y Matt Damon) se cuenta un episodio de la historia de Sudáfrica. El presidente Mandela decide dejar atrás el pasado, el cual incluía sus 27 años de prisión y la segregación de millones de sus compatriotas, para formar una sola nación junto a la minoría blanca que los había oprimido. El líder se da cuenta de la importancia del deporte, no solo como motor de emociones, sino como elemento integrador de todos los estratos de la sociedad. Su apoyo decisivo al equipo nacional de rugby, formado en ese momento por una mayoría blanca, da inicio a un proceso de unificación entre dos razas, antes inimaginable en la sociedad sudafricana.

Mandela no es un santo, sino un hombre sabio y con visión de estadista, que en vez de querer perpetuarse en el poder, continuar aferrado al pasado y promover el rencor, decide dar un paso hacia adelante, buscando un mejor futuro para su pueblo e inspirando a sus compatriotas a compartir un sueño común de grandeza.
¿Necesitamos un Mandela en Venezuela?