jueves, 29 de enero de 2009

Paseo diario (mini-cuento)


Todos los días, a esta misma hora, la saco a pasear. El alegre tintineo de las llaves la excita y aprieta el paso hacia la puerta. Salimos. Aunque miles de olores nos guían por caminos ya recorridos, siempre me parece que todo es nuevo y sorprendente.

No quiero que se distraiga demasiado y la arrastro tirando de la correa. A veces se resiste, pero me compadezco de ella y dejo que salude a sus amigos y vecinos.
Cuando agito mi cola en señal de aprobación, sonríe feliz.

2 comentarios:

Francisco Pereira dijo...

¿Quién pasea a quién? siempre me pregunto...

Aurora Pinto dijo...

La eterna pregunta, amigo, la eterna pregunta...